A pesar de que el ex Presidente Evo Morales salió ya del país, La Paz amaneció con tensión, debido al reacomodo de fuerzas y la polarización extrema, pues los habitantes de El Alto aún amenazan con continuar las revueltas en las calles de la ciudad.
Incluso, aviones militares sobrevolaron ayer a baja altura varias zonas, como parte de los operativos para contener disturbios por la crisis en el país, tras la renuncia del ex Mandatario.
Estos operativos han causado nerviosismos entre la gente de estas ciudades, donde muchos comercios siguen cerrados y el transporte es escaso.
Luego de que la ex senadora Jeanine Añez asumió la Presidencia apoyada por la cúpula militar del país, hoy parte de los bolivianos busca retornar a la vida regular, mientras otra aún no acepta cómo se suscitaron los hechos que llevaron a la renuncia de Evo Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera.
La ascesión de Añez descartó que los militares asuman el poder. Sin embargo, indígenas y clases populares que en su mayoría habitan la parte alta de los alrededores de la urbe, que protestaron, bloquearon calles y atacaron instalaciones gubernamentales y de la Policía, piensan que Evo los traicionó al renunciar.
Y es que básicamente la capital boliviana es un contraste desde la propia geografía de la ciudad. Abajo, en las calles del centro, empiezan a abrir nuevamente los negocios, pero en El Alto los dirigentes populares todavía sienten que no los incluyeron en ninguna decisión, cuando siempre apoyaron al ex Mandatario.
El Alto está alrededor del aeropuerto de La Paz, por lo cual hubo cancelación de vuelos y apenas esta madrugada comenzaron a regularizarse los itinerarios de las líneas aéreas.
Con información de agencias
Imagen Reuters