POR MARÍA CABADAS
Para saber el destino de los
43 normalistas desaparecidos entre el 26 y 27 de septiembre de 2014, hay que analizar al menos 114 restos óseos que fueron recuperados del basurero de Cocula, en Guerrero, así como del Río San Juan, pues con ello se ratificaría si corresponden o no a los estudiantes, dijo José Larrieta Carrasco, titular de la Oficina Especial para el Caso Iguala de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“Esa información también la pueden
proporcionar integrantes detenidos de la organización criminal Los Tilos o Gildardo López Astudillo, El Gil o El Cabo Gil, quien ya fue liberado, pero como no creo que lo hagan de viva voz y aceptando responsabilidades, para dar con el destino de los normalistas hay que hacer algo que la CNDH ha insistido: analizar al menos 114 restos óseos. Existe un muestreo que los científicos y peritos de la CNDH hicieron. Lo que es necesario para avanzar en las investigaciones, es enviar a la Universidad de Innsbruck, en Austria”, señaló.
Entrevistado por ContraRéplica, Larrieta Carrasco señaló que estos restos
tienen material orgánico y que el número mínimo de personas, como se dice en antropología forense, a quienes corresponden esos huesos óseos son a 21 personas distintas”. Explicó que en el basurero de Cocula, también se encontraron 41 restos óseos llamados “petrosas”, que se encuentran en la parte trasera de los oídos. “Aunque no sabemos si son pares, también existe la posibilidad científica de que pudieran ser de 21 a 41 personas”, precisó.
Dijo que el propósito de la CNDH
es que se cumpla con esa recomendación, integrada por más de 2 mil 100 páginas, porque “es rica en información, en argumentos y en análisis. Lo de los restos óseos, pese a que lo explicamos en el documento, ya pasaron 10 meses y no existe una explicación clara sobre el por qué no han sido remitidos, sabiendo que es punto fundamental de
la investigación saber el destino de los normalistas. Si esos restos pertenecen a los estudiantes, se habrá avanzado sustantivamente en uno de los aspectos más centrales de las indagaciones”.
El titular de la Oficina Especial para
el Caso Iguala de la CNDH, señaló que si la Fiscalía General de la República (FGR) quiere resolver el caso Iguala, debe primero mandar a analizar los restos óseos; investigar quién es el autor intelectual de la desaparición de los normalistas, identificado como El Patrón; corroborar el móvil de la desaparición de los jóvenes que sostiene la Comisión y que tiene que ver con el narcotráfico.
“Insisto que en la recomendación
van a encontrar, incluso, elementos probatorios y razonamientos que deben ser atendidos para que puedan llegar a buen término las investigaciones de la FGR. Para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, esta recomendación es lo más cercano a la verdad que se ha escrito. Nadie más ha hecho un trabajo así, es una investigación profunda, y exhaustiva que no dejó ningún cabo suelto”, señaló Larrieta Carrasco, a quien esta recomendación le llevó casi cuatro años realizarla.