Terrorismo contra terrorismo
Elena Chávez González
Ricardo Peralta Saucedo, subsecretario de Gobernación, escribió recientemente que “crear ambientes de duda entre colaboradores, difundir notas hirientes para dividir equipos de trabajo y hasta contar con toda una infraestructura mediática y de redes para generar noticias falsas se puede configurar como terrorismo”, y agregó que el de terrorismo está considerado como un delito contra la seguridad nacional, y que merece una pena de 15 días a 40 años de prisión y de 400 a mil 200 días de multa, publicación que infunde terror.
Eso señor subsecretario sí es terrorismo desde una dependencia obligada a garantizar la paz entre los mexicanos.
De acuerdo con el diccionario, “terrorismo” significa “dominación por el terror” y “sucesión de actos de violencia para infundir terror”, mientras la ONU lo define como “cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de dicho acto sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”.
Desde la opinión de Peralta Saucedo, las noticias falsas se han convertido en un problema para la actual administración, a lo que podríamos recordarle que no se trata de un fenómeno exclusivo de nuestro país, sino de todo el planeta, y que no siempre tienen un propósito desestabilizador, al margen de las consecuencias que puedan tener.
Es cierto que, como dice el funcionario, muchas noticias falsas se suben a la red con propósitos inconfesables que afectan la estabilidad e imagen de nuestro país, pero en este momento tenemos un debate en torno a la libertad de crear y difundir publicaciones en las redes, discusión en la que seguramente escucharemos consideraciones como las de la limitada capacidad de muchas personas para discernir lo que es cierto o falso antes de “cortar y copiar” una publicación.
La presencia de empresas dedicadas a crear fake news podría ser, por sí misma, una noticia falsa, pero presumiendo que existieran es de suponer que contarán con personal calificado y recursos materiales para afrontar una demanda legal en su contra, lo que difícilmente podría hacer un ciudadano de a pie, uno de esos que, ya no digamos “de buena fe”, copien y peguen en sus redes sociales alguna publicación que pudiese caer en la definición aludida en el artículo 139 del Código Penal Federal, citado por el funcionario.
El concepto amplio de terrorismo se refiere a cualquier acto destinado a causar terror, y el advertir que “no es —ni de cerca— una travesura inventar una noticia falsa y difundirla. Es un delito y representa una afrenta contra la sociedad entera”, como destaca Ricardo Peralta en su colaboración periodística, puede interpretarse como un acto intimidatorio y terrorismo.
De la misma forma en que tenemos la convicción de que la violencia no se combate con violencia, podemos inferir que el terrorismo no se combate con terrorismo.