Los medios de comunicación suelen tomar un tema y darle todos los giros posibles hasta agotar sus vertientes noticiosas. Es normal y deseable. No obstante, en el caso de la reunión del Presidente de México con Jared Kushner, asesor especial del presidente de Estados Unidos, el enfoque ha estado, en mi opinión, errado. Cuando menos, ha sido insuficiente. La vasta mayoría de los caricaturistas, twitteros, reporteros y editorialistas se han concentrado en el lugar de la reunión: la casa de Bernardo Gómez. Y sí, hay motivo para desconcertarse con eso.
Los observadores han criticado la cercanía del Presidente con el poderoso ejecutivo de Televisa, pero hasta ahí. Otros pocos han señalado la incongruencia de criticar al presidente Peña Nieto por hacer exactamente lo mismo que ahora hace AMLO sin que nadie se escandalice. Con la salvedad de Rafael Cardona, a nadie parece llamar la atención que el Presidente de México se reúne con un asesor del gobierno estadounidense, por más alto nivel que tenga. Del lado mexicano acude el jefe del Estado, pero de la parte norteamericana se presenta un asesor.
AMLO debería estarse reuniendo con su colega estadounidense, el presidente Donald Trump. Algo dice del nivel de consideración en que nos tiene la superpotencia, que dicha reunión no haya tenido lugar. Es un poco vergonzoso pensar que la Casa Blanca estima que la presidencia de México no merece un espacio en la agenda de Trump. No se ha producido ningún encuentro oficial entre ambos mandatarios. A pesar de las constantes referencias a la “estupenda relación” entre los dos países, y no obstante las penosas concesiones del gobierno mexicano para convertirnos en la antesala de los migrantes centroamericanos antes de ser deportados, Trump no se reúne con AMLO.
Hace unos meses, las voces oficiales presumieron que Trump vendría a la toma de posesión y no fue así. Se entiende, nunca ha venido el presidente d Estados Unidos a la toma de posesión del titular del Poder Ejecutivo mexicano. Con todo, normalmente para estas fechas ya se habla de la organización de una visita oficial por parte de alguno los dos mandatarios al otro país. Hasta ahora no nos hemos enterado de eso. ¿Hay una visita en puerta de AMLO a Washington? ¿O una de Trump a México?
Finalmente, tampoco los temas tratados en la reunión con Kushner son asunto menor. El TMEC, muy bien. Kushner no es legislador, así que no puede votar por su aprobación. Es de suponer que la Secretaría de Relaciones Exteriores o la Embajada mexicana en Washington están organizando numerosas reuniones con miembros del partido demócrata (la oposición a Trump) en el poder legislativo estadounidense. Esto con la finalidad de convencerlos de votar por la aprobación del tratado. En fin, son algunas interrogantes que dejó la reunión.
•Internacionalista y analista político:
@avila_raudel