El Foro Económico Mundial publica cada año su Reporte Anual de Riesgos Globales, principal publicación de su nuevo Centro de Estudios Regionales y Geopolíticos. El de este 2019 ofrece información relevante que los gobiernos del orbe deberían revisar con lupa por las implicaciones que pueden derivarse de un evento catastrófico de esas dimensiones. Veamos.
En las primeras páginas del texto se ven dos cuadros
de colores. En el primero se revelan los riesgos globales desde 2009 clasificados por su probabilidad de suceder. Para este año, los primeros cinco son los siguientes en orden de menor a mayor probabilidad: 5) Ataques cibernéticos; 4) Robo o fraude de datos; 3) Desastres naturales; 2) Fracaso en la m itigación y adaptación al cambio climático; 1) Eventos climáticos extremos.
Por lo que hace al cuadro de clasificación de riesgos
globales en términos de su impacto, estos son los cinco primeros: 5) Desastres naturales; 4) Crisis por falta o escasez de agua; 3) Eventos climáticos extrem os; 2) Fracaso en la mitigación y adaptación al cambio climático; 1) Armas de destrucción masiva.
Como Usted habrá notado, hay coincidencias prominentes entre ambos registros. Se trata de riesgos climáticos y medioambientales que deberían movernos
a la reflexión y a la acción. Considere esto: los riesgos ubicados en primer lugar en cada cuadro son los mismos desde 2017.
¿Qué otros riesgos que vienen escalando posiciones con más rapidez? Dos de carácter social como la
escasez de agua y las grandes migraciones involuntarias; tres de naturaleza geopolítica como el colapso o crisis de los Estados; el fracaso de las gobernanzas nacionales; y los conflictos entre estados con efectos regionales.
En el prefacio del reporte, el presidente del foro,
Borge Brende, nos recuerda que todos estos riesgos están más interconectados que nunca, como el vínculo que hay entre el bajo crecimiento económico mundial y la persistente inequidad económica y social; que la concreción de uno de estos grandes riesgos globales será el detonante de otros y que para enfrentarlos con aspiraciones de triunfo se requieren altos grados de compromiso y voluntad de cooperación y coordinación internacionales.
Como es sabido, la polarización política está creciendo en muchos países y en algunos casos, el contrato social está crujiendo estruendosamente. A pesar
de que discurrimos por una era de gran avance tecnológico y recursos abundantes, la gente padece gran inseguridad, exclusión y desesperanza, y según el Foro, necesitamos confrontar estas disparidades fortaleciendo las redes de protección social, así como los motivos de unión de la comunidad política.
No se ve fácil, por la dimensión del reto, pero hay
que intentarlo. Como bien lo expresa Brende, la tarea definitoria e indispensable de esta generación será renovar y mejorar la arquitectura de los sistemas políticos y económicos nacionales, pero también los internacionales. Vaya reto…
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