En un hecho sin precedentes, nunca antes a un presidente de México se le había impedido entrar a su hotel a descansar.
¿Qué falló? ¿Y los protocolos de seguridad dónde
quedaron?
Fue el viernes pasado por la noche,
cuando un grupo de manifestantes de la Dirección de Agua Potable y Alcantarillado del municipio potosino de Ciudad Valles, irrumpió en el hotel e intentó impedirle al Presidente Andrés Manuel López Obrador el acceso cuandoDirección de Agua Potable y Alcantarillado del municipio potosino de Ciudad Valles, irrumpió en el hotel e intentó impedirle al Presidente Andrés Manuel López Obrador el acceso cuando se dirigía a descansar, en protesta por “la falta de atención del presidente municipal”.
A dicho grupo López Obrador lo
increpó diciendo “son provocadores, no respetan” y los acusó de una violación a su intimidad. También les dijo “Yo vengo a descansar, yo no voy a meterme a casa de nadie, si alguien va y se mete a nuestra casa, se mete a nuestra intimidad”.
No debemos perder de vista que en México el derecho a la privacidad o intimidad de las personas se encuentra tutelada por la Constitución Mexicana, algunos autores como Eduardo Martínez Altamirano, han dicho que “El derecho a la privacidad o a la intimidad es, en lato sensu, aquel derecho humano por virtud del cual la persona, llámese física o moral, tiene la facultad o el poder de excluir o negar a las demás personas, del conocimiento de su vida personal, además de determinar en qué medida o grado esas dimensiones de la vida personal pueden ser legítimamente comunicados a otros“.
▶ También existe una
violación a su seguridad jurídica que establece que nadie puede ser molestado en su persona, familia, papeles o posesiones, cuya finalidad es el respeto a un ámbito de la vida privada personal y familiar.
En el caso que nos ocupa es algo
por demás peligroso, ya que es el jefe de Estado de nuestro país quién es violentado en su derecho, y no solo eso puede estar en riesgo su vida.
El presidente debe entender la importancia de su cargo, y por qué debe
estar adecuadamente salvaguardada su vida, porque en este caso las personas que le impedían el acceso al hotel eran ciudadanos comunes; pero ¿qué hubiese pasado si este grupo de manifestantes hubiera sido un grupo de la delincuencia organizada? ¿su equipo de seguridad hubiera podido repeler la agresión? ¿o podríamos estar lamentando el hecho?
Si algo malo sucediera pondría en
riesgo a nuestro país y es una irresponsabilidad el hacerlo, porque él no es un ciudadano más, es el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, y debe respetar los protocolos de seguridad del cargo que ocupa, lo cual evidentemente no cumple, convirtiéndose en una amenaza para sí mismo y para las personas que lo rodean.
•Especialista en Derecho Constitucional
y Penal