¡Que paren las críticas contra Jesús Seade!, El subsecretario de Relaciones Exteriores cumplió con el requisito que exige el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de tener 10 por ciento de experiencia y capacidad para desempeñarse en su administración, total, que importa que le haya echado a perder la negociación del T-MEC con las letras chiquitas que traía el acuerdo y que nunca leyó porque confió en su enorme talento.
El segundo en importancia en la Secretaria de Relaciones Exteriores mexicana no tiene la culpa de haber ido solito a Estados Unidos a negociar ante tiburones gringos el tratado comercial que daría su primer éxito al presidente López Obrador, la responsabilidad es de la política austera que no permite que salgan al extranjero ni asesores políticos ni económicos.
¡Por qué ensañarse tan duro con un señor que puso todo su talento en entregarle al primer mandatario un gran regalo navideño? Seade si tiene el perfil que busca el Gobierno federal para desempeñarse, en esta área, como diplomático de altos vuelos, pues consiguió un T-MEC que tiene muy contento a Donal Trump y al congreso estadounidense, sean republicanos o demócratas.
Su pequeña equivocación es que a quien tenía que haber hecho feliz era al presidente López Obrador, a los senadores de Morena, a los empresarios, a la secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde, y, desde luego, a los trabajadores mexicanos; ahí está su pequeño error.
El ahora famoso Jesús Seade es el ejemplo para seguir para todos los funcionarios del gabinete lopezobradorista, sólo hay que actuar con 10 por ciento de experiencia para solucionar los problemas que aquejan a nuestro país, lo esencial es que todas y todos los que laboran en la administración de la Cuarta Transformación sean 90 por ciento honestos.
Prohibido decirse sorprendido o traicionado por los negociadores gringos, ellos hicieron su chamba para beneficiar a su país, mientras nuestros representantes festejaban a lo grande en Palacio Nacional y luego en el Senado de la República el grandioso T-MEC que aprobaron rapidito no fuera siendo que los estadounidenses se arrepintieran de lo firmado.
Faltó para la gran celebración que los senadores morenistas echaran al aire confeti y sacaran el espantasuegras, tuvieron que conformarse con la burda carcajada de su coordinador Ricardo Monreal alabando al gran Seade.
Y ahora que el Subsecretario de Marcelo Ebrard no sabe por qué se enojan con él, su jefe inmediato, el canciller sale ante los medios a tratar de explicar lo que no tiene justificación. Efectivamente, los gringos los “chamaquearon” y ahora tendremos encima a inspectores estadounidenses en materia laboral que checaran que les cumplamos con lo acordado.
Esperemos que esta experiencia le sirva al canciller Ebrard para, en lo sucesivo, enviar a un grupo de expertos cuando se trate de hacer negocios con Estados Unidos.