POR LUCIANO FRANCO
Juana Hilda González Lomelí, sentenciada a 78 años de prisión por participar en 2005, en el secuestro de Hugo Alberto Wallace Miranda —hijo de la activista Isabel Miranda de Wallace—, cuya libertad pretenden diversas organizaciones por considerar que “es una víctima” de aquellos acontecimientos, mantenía una relación cercana con personajes como el israelí Binyamin Yeshurón Sutchi, abatido en días pasados en plaza Artz Pedregal, y el narcotraficante preso Edgar Valdez Villarreal, La Barbie.
González Lomelí, quien en declaraciones ministeriales —en poder de ContraRéplica—, relató su participaciónen dicho secuestro, y dijo haber escuchado conversaciones de sus cómplices sobre la manera en que se deshicieron del cuerpo de Hugo Alberto, aparece en una fotografía localizada en 2006, con el israelí, quien mantenía vínculos con el crimen organizado.
Yeshurón Sutchi, en dicha fotografía, aparece abrazando amistosamente a La Barbie, y con estos tres personajes se encuentran otras dos mujeres —una de ellas es Juana Hilda González—, con lo que se les involucró como parte de una estructura peligrosa e internacional ligada a diferentes delitos como extorsión, secuestro y narcotráfico.
La propia Isabel Miranda de Wallace, en su cuenta de twitter, publicó esa fotografía con el siguiente mensaje: “Esta fotografía (…), fue localizada desde el año 2006, en un cateo realizado en Tenorios 91, casa de la secuestradora de mi hijo Juana Hilda González Lomelí, y de su pareja, líder de la banda de secuestradores César Freyre”.
El 10 de enero de 2006, González Lomelí fue ubicada en la casa que habitaba con César Freyre Morales, en esa misma dirección.
Cuando la policía de la Ciudad de México llegó al lugar, con una orden de presentación, Juana Hilda se comunicó con su pareja César Freyre quien le dio indicaciones para darse a la fuga, y acordaron verse cerca de dicho domicilio para ayudarle a huir, relató ella misma en sus declaraciones ante la Siedo.
Freyre pidió posteriormente a Juana Hilda que regresara a su domicilio por un automóvil Mustang, y al llegar, agentes de la desaparecida AFI le pidieron una licencia de conducir que tenía a nombre de Sandra Gutiérrez Jiménez.
En 2016, sin embargo, Juana Hilda volvió a declarar ante el Ministerio Público y negó su participación en el secuestro; dijo no conocer a Hugo Alberto Wallace, a pesar de que existían sábanas de llamadas que evidencian la comunicación entre ambos días antes y el día del secuestro.
Juan Hilda fue quien “enganchó” a Hugo Alberto Wallace para facilitar su secuestro en 2005, por instrucciones de César Freyre, considerado como el autor intelectual del delito, y para ello lo citó en diversas ocasiones, lo mismo para cenar, ir al cine o pasar la noche en casa del hijo de la señora Wallace.