Para la Organización de las Naciones Unidas: “la seguridad humana consiste en proteger, de las amenazas críticas y omnipresentes, la esencia vital de todas las vidas humanas de forma que se realcen las libertades humanas y la plena realización del ser humano”.
Su concepto se difundió a partir de ser tratado por el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en su Informe sobre Desarrollo Humano en 1994, y surge como una propuesta para superar la visión del desarrollo centrada exclusivamente en el crecimiento económico.
La noción de seguridad humana se encuentra estrechamente vinculada al concepto de desarrollo humano, el cual se entiende como la ampliación de las opciones para que la persona genere bienestar en contextos sin amenazas, o con las menores posibles. Por lo tanto, implica la garantía para poder llevar estas posibilidades a cabo de forma libre y segura.
En este sentido, queda anulada la concepción defensiva y estrecha de seguridad simplemente entendida desde el ámbito militar o armado, vinculada mucho más con la defensa del territorio común que forma al Estado, para adoptarse como un concepto integrador entre el ámbito de la economía, la ciencia la política, la antropología o los enfoques de géneros.
Así se categoriza la seguridad humana y sus amenazas:
—Seguridad económica: aumento del desempleo, reducción de los salarios reales, aumento de la inflación.
—Seguridad alimentaria: deterioro del consumo, agotamiento de las reservas alimentarias, aumento de los precios de alimentos.
—Seguridad en salud: aumento de insalubridad, propagación de epidemias, deterioro del sistema sanitario, deterioro del acceso al agua potable.
—Seguridad medioambiental: detrimento de los ecosistemas local y mundial, agotamiento de los recursos.
—Seguridad personal: incremento de diferentes tipos de violencia.
—Seguridad proporcionada por la comunidad: prácticas opresivas por parte de comunidades tradicionales y deterioro del tejido cívico.
—Seguridad política: incremento de la represión política, violaciones de derechos humanos, y autoritarismo, escalada del gasto militar.
La seguridad humana, encierra importantes implicaciones y tareas políticas tanto para los gobiernos nacionales como para la cooperación internacional.
Por ello, hablar de ella, plantea un reto ante el abanico de implicaciones que van desde exigencias y coordinación interinstitucional, objetivos compartidos, y desarrollo de medios que garanticen no sólo su existencia sino su sostenibilidad.
Se trata de una visión multidimensional, capaz de conseguir un cambio social y alcanzar el desarrollo real de la democracia por la que tanto se trabaja.
Flor de Loto: “Tenemos el Gobierno que merecemos. Quizá no el que queremos, o el que creemos merecer”.
•Especialista en derecho constitucional
y derechos humanos