Señales preocupantes

Columnas martes 23 de abril de 2019 -

La revista Proceso presentó en su edición de esta semana una portada combativa, crítica y reveladora. El título reza “La tentación autoritaria”. El primer artículo es un texto excepcional del periodista Arturo Rodríguez que resume todos y cada uno de los encontronazos del Presidente de México con los otros Poderes de la Unión, así como sus tentativas por acumular poder, algunas de ellas más allá de sus atribuciones legales. Rodríguez sabe de lo que habla, pues lleva mucho tiempo cubriendo a Andrés Manuel López Obrador, desde la campaña presidencial hasta las conferencias mañaneras en la actualidad.

Es doblemente destacable la audacia periodística de Proceso dado el antecedente de aquella declaración presidencial, “si se pasan, ya saben”.

Hasta los caricaturistas de La Jornada (cada vez más oficialistas) se permitieron criticar con levedad esas palabras. Son numerosas las señales que inquietan. El famoso memorándum para dejar sin efecto la Reforma Educativa ha sido cuestionado por los constitucionalistas con mayor prestigio en el país, algunos de ellos cercanos a Morena, como Elisur Arteaga. Resulta sorprendente que si se cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados, se prefiera simplemente ignorar la legislación vigente cuando se tiene el poder para modificarla.

¿Por qué entonces seguir por este camino? Porque se puede.

Me he cansado de criticar en estas páginas la indolencia de los partidos de oposición. Si bien sueltan alguna declaración de condena tibia, no se organizan para movilizar la protesta de los ciudadanos a quienes inquietan estas medidas. Uno quisiera escuchar pronunciamientos de los aspirantes a la dirigencia del PRI en defensa del Estado de Derecho. Algunos de ellos están muy ocupados tomándose fotografías con el Presidente. No explican a la opinión pública, ni siquiera a la opinión publicada, o a los usuarios de redes sociales, la trascendencia y el peligro de empezar a seguir esa ruta del gobierno por decreto.

El jurista José Ramón Cossío afirmó que el memorándum es fácilmente impugnable, pero todavía no se ve alguien que lo haga. Aquí no se trata de oponerse a un gobierno ni a un presidente, sino de abanderar la defensa de las instituciones y las leyes. Los colegios de abogados, los profesores constitucionalistas, deberían ocuparse del tema en las aulas, los espacios públicos, conferencias, artículos. Si empezamos a permitir que se gobierne por decretos, si el ciudadano se queda sin garantías legales, no habrá protección posible frente al ejercicio arbitrario del poder.

Históricamente, la izquierda mexicana ha tenido un problema serio con las leyes. En su retórica tradicional, las consideraba instrumentos de control de la burguesía. Es llegada la hora de reflexionar y darse cuenta que el derecho es el único recurso de defensa de la ciudadanía. De eso se trataba llegar al gobierno, defender a los ciudadanos, ¿no?

•Internacionalista y analista político:

@avila_raudel