Ser rico en cerezas

China ha impactado al mundo por su rápido crecimiento económico, y lugares como Beijing y Shanghái, son cada vez más visitados por turistas debido a sus atractivos arquitectónicos y tecnológicos. Sin embargo, la historia de rápido crecimiento económico ha estado acompañada también de creciente desigualdad, a tal nivel que los ciudadanos chinos han creado categorías para medir y comparar su poder adquisitivo con respecto de sus connacionales.

Una de estas categorías es “rico en cerezas”. Para los chinos, que constantemente enuncian las propiedades naturales de los alimentos que consumen, de las cerezas aprecian su riqueza en hierro y su riqueza en vitaminas A B y C. Pero recientemente, aprecian también la riqueza que denota el poder consumir los frutos rojos como símbolo de poder adquisitivo.

En otras palabras, ser “rico en cerezas” en China, significa ser lo suficientemente adinerado como para comprar cerezas importadas sin pensarlo dos veces, o sin afectar la economía familiar.

Pero, ¿Cuánto cuestan las cerezas en China?

En la plataforma de compras por internet número uno de China, TaoBao, un kilo de cerezas importadas de Chile cuesta aproximadamente 128 yuanes, es decir, 356 pesos. Por otra parte, dos kilos provenientes de Estados Unidos, pueden llegar a costar hasta 448 yuanes, es decir 1,250 pesos. Estos precios incrementan cerca del mes de febrero cuando el año nuevo chino se aproxima, pues el color rojo es símbolo de prosperidad y abundancia.

En febrero pasado, el tema “ser rico en cerezas” fue popular en la red social china Weibo, y fue el hilo conductor de una conversación que giraba en torno a la capacidad adquisitiva de distintos sectores de la sociedad. Mientras unos se autodenominaban, con humor, “ricos en frituras” (de los alimentos más baratos en China), otros se identificaban como clase media llamándose “ricos en té con tapioca” (bebida que cuesta en promedio 50 pesos).

Estos comentarios, aunque cómicos, son síntoma de una sociedad china cada vez más exigente con su calidad de vida. También demuestran que la generación que tiene ahora entre 15 y 30 años, no ha sufrido las carencias que las generaciones pasadas vivieron durante la revolución cultural y el gran salto adelante. Así, el color rojo de la China comunista es hoy el mismo color que representa una brecha entre los ingresos de los habitantes del país asiático.

¿Podría México beneficiarse de los chinos ricos en cerezas?

Por lo pronto no. México no está entre los países con protocolo para exportar cerezas a China. Australia, Nueva Zelanda, Uzbekistán, Estados Unidos y Chile sí cuentan con él. Cada uno de estos países exporta sus cerezas en diferentes temporadas, pero Chile cuenta con la ventaja de exportar en fechas de año nuevo chino.

Así, cerca del 85% de cereza que Chile produce, va a China. En el primer semestre de 2019 las importaciones de cerezas chilenas alcanzaron un total de 873 millones de dólares, más de lo que México exporta en aguacates. Además, mientras que las tarifas a las cerezas estadounidenses se han incrementado de 10% a 50% en lo que va de la guerra comercial, Argentina y Turquía han aprovechado la oportunidad para exportar cerezas.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el país pasó de ser el número 13 al número 10 en la lista de países exportadores de productos agroalimentarios más grandes, exportando principalmente cerveza, tequila, mezcal, aguacate y jitomate, de acuerdo con la balanza comercial agropecuaria e industrial 2018. Sin embargo, el mercado chino no ha sido suficientemente explorado.

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China, las tres frutas que más importa China son: durián, cerezas y plátanos. México, podría involucrarse en el comercio de plátano con el país asiático, igualmente, podría tomar ventaja de la producción nacional de mariscos y el consumo que hace China de estos.

Sin embargo, la falta de acercamiento con el país asiático no ha permitido a México aprovechar las ventajas que ofrece. Por ejemplo, Perú a través de una relación más cercana con China en el marco del proyecto “Una franja Una Ruta” ha logrado poder exportar mango con un protocolo mucho menos estricto.