Serrano pide minuto de silencio con puño en alto

El diputado federal Héctor Serrano impulsó que durante el minuto de silencio que guardó ayer el pleno de la Cámara baja en memoria de las personas fallecidas en los sismos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, los legisladores presentaran el puño hacia arriba, como un reconocimiento a la sociedad actuante esos días.

Como un homenaje, agregó, “a la actuación que tuvieron los mexicanos y mexicanas, sobre todo hace dos años.

Me parece que se puede simbolizar así el reconocimiento, porque fue el símbolo más representativo de la actuación de miles de mexicanos que de manera solidaria estuvieron ese día, sin duda, rescatando a las víctimas de este sismo”.

Recordó el diputado Serrano que, en efecto, hace dos años el puño levantado hacia el cielo en las zonas devastadas significaba la orden de guardar silencio absoluto ante el más mínimo indicio de ruido que pudiera significar la posibilidad de localizar y rescatar a alguna persona con vida.

Sin embargo, agregó, con el paso de los días, en medio de la tragedia, esa señal, esa orden de callar de inmediato, que cientos de rescatistas y ciudadanos que trabajaban entre los escombros acataban y transmitían hasta la última persona que se encontrara laborando en los sitios afectados, se transformó en el símbolo de la solidaridad.

A nombre de los diputados Lilia Villafuerte, Mauricio Toledo y Ricardo Gallardo, el legislador por la Ciudad de México se adhirió al homenaje rendido a los caídos en aquellos años, y al mismo tiempo al reconocimiento a aquellos héroes anónimos que trabajaron de sol a sol en las tareas de rescate y remoción de escombros, así como de la gente que ayudó llevando agua, comida, una frazada a quienes estaban en el centro de las zonas de devastación.

Desde su curul, el diputado sin partido Héctor Serrano señaló lo anterior al respaldar la propuesta de su colega del PT, Margarita García, de guardar un minuto de silencio en honor a todas las víctimas de ambas tragedias.

La presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, había dicho que el minuto de silencio estaba contemplado para el final de la sesión, pero ante la insistencia abrió una ronda de oradores a cuyo término los legisladores callaron con el puño en alto.