Son los ruskis…idiotas

Columnas jueves 23 de mayo de 2019 -

Los italianos han sufrido históricamente de una debilidad casi innata por buscar salidas en puertas falsas. Cuando menos la mitad de su población ha caído siempre fascinada por el nacionalismo, por las soluciones fáciles a problemas complejos; y por las figuras mesiánicas que aparentan rompimiento con el sistema político establecido. A pesar de la tragedia que supuso Mussolini, es evidente que no aprendieron lo suficiente; al grado de que apenas entrados en la posguerra, ya buscaban en el comunismo una alternativa de bienestar. Por supuesto han pagado muy alto el precio por sus errores.

▶ Setenta años después, habiendo dejado atrás el radicalismo de las Brigadas Rojas y las crisis económicas; habiéndose convertido en una sociedad educada con una economía pujante, vuelven a caminar por senderos equivocados: sobre esa delgada línea que divide al fascismo y al populismo. Coquetean también con el separatismo regional, esa mala semilla que terminó por germinar en la infame Liga del Norte.

Y al poco tiempo surgió otra fuerza política del mismo corte, el Movimiento Cinque Stelle (Cinco Estrellas); que con un disfraz “ambientalista” y “antisistémico”, impulsa en realidad una agenda contraria a la globalización (euro escépticos). El populismo es desde luego su rasgo más característico; y por ende ambas fuerzas buscan insertar en la mente de los electores a enemigos que supuestamente atentan contra “el pueblo”.

Y es que proteger “al pueblo” de adversarios imaginarios; o más bien crearlos para brillar como defensores de la gente (“la buena”), es la fórmula que se repite una y otra vez en cualquier lugar del mundo en donde esos liderazgos florecen.

Los italianos están aterrados con la migración que llega desde África.

Temen por sus trabajos (por cierto los que ellos no hacen); y por la preservación genética de su “raza” y cultura. Y por tanto, los populistas se encargan de colgarle a los migrantes el incremento de la criminalidad, del terrorismo y hasta de las enfermedades venéreas.

Al final del día, los partidos populistas italianos hace las veces de “ tontos útiles” a los intereses del Kremlin. De hecho, algunas investigaciones periodísticas han dado cuenta de la estrecha colaboración entre estos partidos y sitios web gestionados desde Rusia; particularmente cuando se trata de impulsar a candidatos como el cómico convertido en político, Beppe Grillo.

Para Moscú, el separatismo español, los Le Pen en Francia, los apologistas del Brexit en el Reino Unido y los fanfarrones italianos representan ejércitos de conquista que les resultan muy baratos. Si les funcionó en Estados Unidos, nada debe sorprendernos. Las democracias están en peligro; y no parece haber una contraparte de poder que enfrente a los populistas de manera efectiva.

Si Italia, Francia o el Reino Unido caen en esas manos, el mundo sufrirá una catástrofe mucho peor que la de 1938. Con Washington ya no contamos; y buena parte de América Latina está perdida. Lo único que queda a salvo es la Unión Europea; y si la democracia liberal sucumbe, vendrá otra era de oscuridad y regresión. A 500 años de la muerte del genio más grande que ha pisado la tierra (Leonardo Da Vinci), Italia debiera avergonzarse y corregir el rumbo.

•Internacionalista, político, empresario y escritor:

@RudyCoen