El tamaño del problema es el siguiente: Eskom, la mayor empresa paraestatal productora de energía eléctrica para consumo industrial y habitacional del continente Africano, que genera 95 por ciento de electricidad para Sudáfrica y 45 por ciento en el resto del continente, y que lleva más de una década con problemas para suministrar adecuadamente la demanda de energía con constantes apagones, tuvo que ser rescatada el pasado viernes por el gobierno sudafricano para evitar caer en incumplimiento de pago ante la falta de un prestamista estatal chino de proveer el efectivo prometido a la paraestatal.
Sin los fondos urgentes, informa el Financial Times, se habría quedado sin dinero para pagar deudas masivas cuando ya estaba luchando por solucionar la grave escasez de energía que ha estancado la economía en las últimas semanas.
Eskom, que ha gozado de casi 100 años de monopolio, ha incrementado su deuda 10 veces desde 2007 llegando este año a 30 mil millones de dólares (la mayoría con respaldo del gobierno) y no han sido suficientes para abatir el problema constante de apagones.
Para darnos una idea de la intensidad del endeudamiento, a finales de 2018 se cerró un acuerdo de un préstamo por el Banco Chino de Desarrollo por la cantidad de 2.5 mil millones dólares, de los cuáles 500 millones se entregarían a finales de marzo y fue donde precisamente ocurrió el atraso en su entrega.
Más aún, el gobierno ya aprobó un paquete de acciones para sacar a flote a la compañía las cuales incluyen un rescate por 4.8 mil millones de dólares y la separación de la organización en tres partes para ayudar a contener los costos.
La ya grave y frágil situación en la que se encuentra la paraestatal representa también un incremento en dependencia de sus acreedores chinos y con ello mayor ventaja y poder de negociación para China, quien se ha convertido en la nueva fuente de financiamiento para gobiernos y empresas privadas de países emergentes y de ingresos bajos.
Lo interesante y preocupante del caso es que dejó claro dos cosas: La fragilidad económica del principal proveedor de energía Africano ante el atraso de la llegada de un préstamo y el evidente crecimiento del control de la deuda global por parte de China, quien controla la deuda, controla el mundo. En el pasado, fue Estados Unidos el que proveía protección militar a cambio de condiciones fiscales muy favorables para su iniciativa privada, ahora es China quien tiene el poder en forma de excedente de dinero ante una economía global cada vez más endeudada que solo en 2017 ya había alcanzado los 184 millones de millones de dólares, representando 225 por ciento del producto interno global.
•Director de análisis financiero
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