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Las declaraciones de Mike Downing para la revista Rolling Stones en las que asegura que durante un concierto de Taylor Swift que se llevó a cabo en mayo en Los Ángeles, se utilizó un software de reconocimiento facial para detectar acosadores sexuales, han desatado polémica entre instituciones de derechos humanos.
El sistema operó en unas carpas a las cuales previas al concierto, los asistentes se acercaban a ver videos de ensayos de Swift para después enviar la base de datos a un centro de mando. El asunto que compete a las organizaciones de derechos humanos es que esto se realizó sin aviso y argumentan que toda empresa debe respetar los derechos humanos y asegurarse que toda vigilancia esté limitada a lo estrictamente necesario.
Con información de agencia e imagen de Twitter