Van 1,000 militares que rompen filas con Maduro

POR RUBÉN MACHAEN

Desde el 23 de febrero, día en el que se intentó ingresar la ayuda humanitaria que desde el 7 de febrero aguarda en la ciudad de Cúcuta, en la frontera colombovenezolana, más de mil militares venezolanos activos han cruzado la frontera con Colombia, rompiendo filas con el régimen de Nicolás Maduro y sumándose a la petición del presidente del Parlamento, Juan Guaidó, quien propuso una ley de amnistía a aquellos elementos de los organismos de seguridad del Estado que colaboren con la recuperación del orden constitucional en el país.

Los elementos, que han sido acogidos en Colombia por la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en condición de refugiados, denunciaron ayer que no disponen de permiso para abandonar el hotel donde se hospedan y que son sometidos a maltratados por apoyar al presidente del Parlamento.

Durante el fin de semana, Luis González, sargento segundo de la Fuerza Armada Nacional, fungió como vocero de un grupo de militares y policías venezolanos y aseguró que por orden de la Acnur, debían desalojar el hotel donde se hospedan desde finales de febrero y afirmó que “nos dieron una carta que decía que teníamos de tres a cuatro días para ir buscando a dónde irnos”.

Ante esta situación, el embajador de Venezuela en Colombia designado por Guaidó, Humberto Calderón Berti, emitió un comunicado en el que asegura que desde hoy se comenzará a abordar la situación migratoria de los elementos del ejército, cuya cifra, podría ir en aumento.

▶ En entrevista para ContraRéplica, el abogado y General de División de la Guardia Nacional venezolana, Enrique Prieto Silva, afirma que, a pesar de que diversos elementos de las fuerzas armadas del país han migrado a Colombia “ante el acoso de mandos corrompidos y politizados”, el acto no puede ser calificado de “deserción”, ya que de acuerdo a la legislación venezolana “no se dio en momentos

“Por el contrario”, asegura el general Prieto Silva, se trata de “una situación inédita, que militares subalternos y policías, abandonaron no sólo sus puestos se servicio, sino el país”.

De acuerdo al general, la merma de elementos en los organismos de seguridad, “de manera inmediata afecta al régimen de Maduro, porque los altos mandos militares entienden que sus subalternos están dispuestos a desobedecer sus órdenes, por considerarlas arbitrarias”.

Por su parte, el abogado constitucionalista, Juan Manuel Rafalli, asegura que la jornada del 23 de febrero “de la que el régimen madurista se jacta de decir que fue una victoria, en realidad no lo fue”, ya que el número de efectivos militares que se divorciaron del gobierno “habla por sí solo”.

Para el abogado, la situación de los soldados deja en "muy mala" posición al régimen de Maduro, por lo que "no se trata de una victoria, sino del episodio de una novela cada vez más dantesca", en la que "quizás la oposición exageró sus expectaticas en cuanto al ingreso de la ayuda humanitaria o del cambio de gobierno", pero que no implica que los países que apoyan el liderazgo de Guaidó "continuan actuando con las limitaciones propias del concierto internacional de naciones, de las formalidades y del derecho internacional".

COLECTIVOS PARAMILITARES

Sobre el papel de los colectivos paramilitares adeptos al chavismo, el general Pietro Silva asegura que en un inicio fueron grupos al servicio del gobierno, que posteriormente mutaron en delincuentes. “Obviamente (el gobierno) creó un problema grave para el país, porque estos colectivos dejaron de ser utilizados sólo para fines políticos, sino que han conformado escuadrones de la muerte, utilizados en ‘operaciones de limpieza’,especialmente en zonas rojas del país”. En cuanto a las cifras, oficiales y extraoficiales, de los elementos que componen estos colectivos, el general asegura que "todos esos datos, desde los tiempos de Chávez, son puras falacias". Silva Prieto sustenta su afrimación asegurando que esos grupos armados "hoy en día no son más que grupos delincuenciales, manejados, como se ha visto, por pocos defensores del gobierno de Maduro".

Para el general y abogado Silva Prieto, “el peor error, que hoy están pagando los mandos que quieren defender a Maduro, es haberse corrompido y haber corrompido a mandos subalternos, inmiscuyéndolos en la política, tema en la que la mayoría de los militares del país, desde hace mucho, no se quiere meter”.