A una semana de que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, anunciara el despliegue de la Guardia Nacional, sin tomar en cuenta que varios militares asignados a vigilar la frontera, fueron obligados a portar el brazalete con la insignia GN.
La frontera entre Estados Unidos con nuestro país, que inicia con el Océano Pacífico y termina con el Golfo de México, siempre ha estado vigilada de aquí menos, pero de allá, mucho más.
La Border Patrol como la autoridad ruda, sin ningún tipo de criterio humano siempre ha sido la encargada de poner un alto a cualquier hombre, mujer o niño que intente pisar su territorio, por supuesto aún más después de la llegada de Donald Trump al poder.
Pero hoy México, como bien sabemos ha cambiado su actitud ante los migrantes que vienen desde Centro y Sudamérica y hasta de África para cruzar el río Bravo con la intención de llegar al país estadounidense. Hoy ya no son tan bien recibidos y se han implementado distintas acciones para evitar que intenten cruzar ‘al otro lado’.
▶ Es justo lo que fotografió José Luis González, un fotoperiodista de quien ya he hablado en este espacio por su capacidad de capturar la violencia en Ciudad Juárez sin perder su habilidad técnica y mejor aún, las bondades profesionales que esto le ha traído a su carrera.
Aquí vemos a un miembro de la Guardia Nacional que vigila la frontera entre México y Estados Unidos en Ciudad Juárez. Pareciera que en una soledad vehemente, donde quizá se escuchen los sonidos de los grillos o especies de la zona.
¿Qué se puede tener en la mente cuando te han ordenado prohibir el paso de familias que ya llevan en el costado miles de kilómetros en su esfuerzo para cruzar tu frontera? José Luis, siendo un fotoperiodista joven y arriesgado a la hora de componer las escenas duras que se le presentan frente a la lente, encuentra un sitio privilegiado en donde el cielo con sus últimas pinceladas de color claro, hacen que el cuerpo del militar o mejor dicho, del miembro de la Guardia Nacional, le apareciera en contraluz.
Él a veces debe ensuciarse, exigirse un poquito más para componer una mejor imagen, y eso fue lo que hizo.
Se acostó pecho tierra y fotografió una escena que ejemplifica la nueva posición política de nuestro país ante los migrantes.
Una proyección cónica, que nos genera un efecto visual tridimensional.
Los dos puentes al costado, como dos líneas que paralelamente se encuentran al final, dándonos una sensación de profundidad.
Como si nos guiaran a ver el centro de la imagen, allí en donde se encuentra nuestro elemento de atracción o de interés. José Luis supo usar a su favor los puentes como elementos clave para lograr una composición poderosa.
“El mundo de la imagen, es el mundo del silencio”, diría el psicoanalista francés Gérard Wajcman.