POR CARLOS JIMÉNEZ
El Corvette rojo de Jacobo Quezada hijo, la camioneta azul que usaba su papá, los autos que eran propiedad del empresario, su hijo y su hija asesinada, ahora son usados y presumidos en Hidalgo, por la principal sospechosa de haber planeado su muerte: Berenice Alanís, la mujer que fue detenida, pero que quedó en libertad por errores de la Procuraduría General de Justicia de la ciudad (PGJCDMX).
▶ Este jueves se cumplieron tres meses de aquel crimen ocurrido en la alcaldía de Gustavo A. Madero, y pese a ello, la Fiscalía que lleva el caso y que encabeza Tonatiuh Vázquez, no ha tenido mayor avance en la indagatoria.
Durante años Berenice Alanís fue pareja de Jacobo Quezada. Vivió con él y con sus dos hijos. Sin embargo, según las investigaciones, él descubrió que le fue infiel y decidió dejarla fuera de su testamento. Eso, sospechan las autoridades, fue lo que provocó que ella organizara asesinarlos a los tres.
Y aunque la Procuraduría la mantiene como la principal sospechosa, el ministerio público ni siquiera ha logrado reunir las pruebas suficientes para solicitarle a un juez alguna orden de aprehensión en su contra.
Cuando fue el homicidio, esta mujer fue detenida e incluso enviada a prisión.
Sin embargo, el juez que la recibió consideró que la PGJ cometió diversos errores al aprehenderla, y consideró que no fue legal su detención. Tras llamarle la atención al ministerio público por sus fallas, determinó dejarla libre.
Apenas quedó en libertad, la mujer fue a casa de su expareja. Llevó una serie de plataformas y sacó la colección de automóviles que eran del hombre y de sus dos hijos.
ContraRéplica obtuvo una serie de imágenes en las que se aprecia el Corvette rojo que era de Jacobo Quezada hijo, y la camioneta pickup que era d su papá, circulando por el fraccionamiento donde vivían en Hidalgo.
Amigos de la familia revelaron que la mujer usa los carros y va en ellos a la casa de la familia asesinada, saca algunas cosas y se va.
“Debido a que toda la familia murió en ese crimen, no hay quien le haga frente. Ella va y viene con todas las cosas de Jacobo y de sus hijos, se pasea en sus autos, se mete a su casa, trae a su novio y lo lleva, y nadie hace nada para detenerla”, cuenta a Sonia, una amiga del empresario.