En 2004 el premio nobel de literatura José Saramago presentaba Ensayo sobre la lucidez. Esta novela tiene como punto de partida el voto masivo en blanco en unas elecciones. Jugaba el escrito portugués con las palabras del título casi una década después de su imprescindible novela Ensayo sobre la ceguera.
En Ensayo sobre la lucidez, el 83% de los electores vota en blanco en unas elecciones municipales. El poder político, al pensar sobre los motivos de estos resultados, impone el estado de sitio y decide construir un muro para aislar a los supuestos conspiradores.
Después se suceden los juegos de poder, la manipulación de los medios de comunicación social y hasta un atentado organizado por el propio Gobierno en el metro de la capital.
He pensado de nuevo en esta novela al ver los desastrosos resultados electorales de Guatemala. Alejandro Giammattei es el nuevo presidente, sí y además lo logró en el balotaje pese a no haber triunfado en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, pero su triunfo ha terminado empañado por la alta abstención, junto a un clima generalizado de apatía en los comicios presidenciales que se realizaron este domingo 11 de agosto.
El 56 por ciento de los guatemaltecos con derecho a votar optaron por quedarse en casa el día de las elecciones. Eso, sin duda, es un duro mensaje no sólo a los candidatos, sino al propio sistema político de Guatemala.
Giammattei tuvo 1,9 millones de votos en un padrón electoral de 8,1 millones de guatemaltecos con derecho a votar. Derrotó de forma clara a la ex primera dama Sandra Torres, quien obtuvo 1,3 millones de votos. Pero, y no es un dato menor, algo más de 4,6 millones de ciudadanos decidieron no acudir a las urnas.
Se trata de un claro rechazo no sólo a los candidatos sino al propio proceso electoral que se vio enturbiado por inhabilitaciones, graves acusaciones de corrupción contra algunos candidatos y en contra del propio presidente actual, Jimmy Morales.
En junio pasado, cuando se realizó la primera vuelta el abstencionismo sumó 3 millones de votantes. Se registró un incremento del 50 por ciento entre aquella y la jornada del balotaje. Es un mensaje claro al cual Giammattei deberá dar respuesta. No, no puede correr la arruga del hartazgo.
Giammattei, según el portal Plaza Pública de la Universidad Rafael Landívar, ha ofrecido poner énfasis en la economía con una propuesta de corte liberal. Entre otras cosas se propone llevar adelante una reforma laboral, para flexibilizar la jornada laboral y establecer salarios diferenciados. Asimismo ha prometido ampliar el establecimiento de zonas francas para laproducción internacional con mano de obra local.
No decía nada el ahora presidente electo de la necesidad de revisar al sistema político e institucional de Guatemala, en su programa de gobierno. Su período de cinco años será crucial para que no sea más de lo mismo. Ojalá entienda el desafío que tiene por delante.
Periodista e investigador de la Universidad Católica
Andrés Bello, en Caracas @infocracia