A 45 años de su muerte, recuerdan al más radical de los contemporáneos

POR MARTHA ROJAS

Con una mirada, fresca, lúdica, entrañable y bien documentada, Salvador Novo revisó la vida cotidiana de la ciudad y sus personajes. Capaz de asombrar a medio mundo con su erudición y personalidad, Novo fue uno de esos intelectuales, cuya labor trascendió su vida misma.

Abiertamente homosexual, pugnó por la renovación de la literatura mexicana cuyos temas siempre giraban en torno a la patria y las revueltas.

“Tuvo mucho talento y mucho veneno, pocas ideas y ninguna moral. Cargado de adjetivos mortíferos y ligero de escrúpulos, atacó a los débiles y aduló a los poderosos; no sirvió a creencia o idea alguna, no escribió con sangre sino con caca...”, definió Octavio Paz a uno de los autores más radicales de las letras mexicanas, al hombre que ya en avanzada edad no dudaba en probarse lo mismo pelucas de color naranja que delineador.

Considerado uno EL DATO de los escritores más importantes del siglo XX en México y miembro del grupo denominado Los Contemporáneos, Novo nació el 30 de julio de 1904 en la Ciudad de México.

Fue hijo del español emigrado Salvador López y de la zacatecana Amelia López, quien formaba parte de una numerosa familia de perfil matriarcal instalada en la Ciudad de México.

La familia Novo pasó la Revolución de 1910 refugiada en Torreón, Coahuila, durante seis años, el joven escritor se licenció en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, algo que dejó para dedicarse de lleno a la literatura.

En 1927 fundó, la revista Ulises. Posteriormente escribió en la revista Contemporáneos la cual daría nombre al grupo de vanguardia que se encargó de difundir innovaciones del arte y la cultura de la primera mitad del siglo XX.

Además de Salvador Novo (1904-1974) el grupo estaba integrado por Xavier Villaurrutia (1903-1950), Carlos Pellicer (1897-1977), Antonieta Rivas Mercado (1900-1931), Jaime Torres Bodet (1902- 1974), Jorge Cuesta (1903-1942), entre otros.

“Nadie ha puesto en duda el que más que una suma de afinidades, representan Los Contemporáneos la afinidad de algunas diferencias radicales, las diferencias que singularizan a cada uno”, escribió Salvador Elizondo en la introducción de su libro Museo Poético (1974).

Los poemas más importantes de Salvador Novo son XX Poemas, Espejos y Nuevo Amor, éste último es considerado el más grande poema homosexual, ya que Novo fue un pionero de la libertad sexual. Se mudó al barrio de Coyoacán en 1941, y en 1947, en colaboración con Carlos Chávez, ayudó al lanzamiento del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), donde de 1946 a 1952 dirigió actividades teatrales, y se desempeñó como autor, director, traductor y empresario.

Salvador Novo murió el 14 de enero de 1974 en la Ciudad de México; siete años antes fue acreedor en 1967 del Premio Nacional de las Letras, otorgado por el gobierno de la república.

La obra de Novo destaca por reflejar el paisaje de la primera posguerra, donde ubica lo urbano, lo industrial y lo publicitario, temáticas que se manifiestan sobre todo en sus poemas.