A Bolsonaro lo marca el fantasma de la corrupción

El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, recibe la acreditación para gobernar en medio de un creciente malestar en su entorno por las transacciones sospechosas de un exasesor.

El Tribunal Superior Electoral de Brasil lo refrendó y es el primer presidente militar de la redemocratización brasileña que asume el cargo el 1 de enero.

Bolsonaro sigue siendo venerado por la mitad del país sudamericano, mientras la otra mitad del gigante sudamericano y del mundo se pregunta si está realmente capacitado para asumir las riendas de una de las grandes potencias emergentes.

Antes incluso de tomar el poder, Bolsonaro ya ha dado de qué hablar, a la prensa con varios asuntos que dejan enormes dudas en el camino, ya sea por la guerra interna en su partido, por el perfil de sus ministros o, más recientemente, por las sospechas de corrupción que empezaron a rondar a su familia.

Todo empezó con la filtración de las discusiones entre los integrantes del partido por la plataforma de mensajes privados WhatsApp y luego lo puso en la mira de los medios noticiosos la revelación de que a través de la cuenta bancaria del asesor de su hijo, el senador electo Flavio Bolsonaro, pasaron 1.2 millones de reales (algo más de 300 mil dólares) entre enero de 2016 y enero de 2017 y este dinero llegó a salpicar las cuentas de la futura primera dama, Michelle Bolsonaro.

Ganó las elecciones de Brasil en una cruzada anticorrupción.