Columnas
La variedad de actores que participan activamente en el manejo de política exterior y relaciones internacionales ha ido en aumento, con lo cual han dejado de ser actividades exclusivas entre Estados soberanos.
A partir de esta diversificación de participantes se han desarrollado formas distintas de diplomacia entre las que destaca la paradiplomacia, en la que los gobiernos subnacionales (estatales o municipales) son quienes operan.
En México, hay casos ejemplares como Chiapas o Aguascalientes y, sin duda, la Ciudad de México.
La declaración reciente de la CDMX Global (incorporada en el artículo 20 de la Constitución local), sentó las bases para impulsar su presencia en el ámbito internacional.
El potencial es elevado y los países asiáticos ofrecen grandes oportunidades en diversos sectores que podrían fortalecer los esfuerzos locales.
Sólo hace falta aprovechar la oportunidad. A pesar de que el gobierno entrante no ha hecho ninguna mención directa respecto a la actividad internacional de la ciudad, la nueva Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció el interés por establecer una colaboración entre la capital del país e India.
Esto, a partir de una reunión entre algunos miembros del nuevo gabinete capitalino y el Embajador de India en México. Los principales temas de colaboración serían en materia de movilidad, medio ambiente y cultura.
Cabe mencionar que estos tres ámbitos son cruciales dentro del proyecto de gobierno de la Dra. Sheinbaum para los próximos seis años. Aunado a lo anterior, precisamente, India es uno de los países más activos y vanguardistas a nivel mundial respecto a desarrollo de tecnología y conocimiento para enfrentar los retos de medio ambiente y movilidad, en respuesta a las problemáticas de sus ciudades densamente pobladas.
Narendra Modi, primer ministro de la India, es uno de los principales líderes en apoyar la paradiplomacia, pues él mismo fue un gobernador sumamente activo durante su mandato en el estado de Gujarat. Asimismo, su convicción por proyectar a su nación como una potencia y líder moral en el sistema internacional, propicia el interés por colaborar con otros actores en los temas ya descritos.
Asimismo, China es otro actor asiático que podría sumarse a la ecuación.
Una de las ventajas de la paradiplomacia es que los gobiernos subnacionales pueden impulsar iniciativas sobre temas específicos que, pueden ser de menor interés a nivel nacional, pero de vital importancia localmente.
El nuevo gobierno capitalino podría explotar estas condiciones para concretar sus objetivos, además de fortalecer la imagen de la capital como un líder global.
La clave estará en hacer valer su autonomía dentro del sistema federal, con el fin de utilizar los vínculos internacionales para fortalecer sus objetivos locales.