Columnas
Todos los días escribimos una nueva historia de vida, es importante considerar lo reflexionado por un personaje de la historia con un pensamiento universal.
Hace 153 años fue asesinado el entonces presidente número 16 de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, un hombre de pensamientos claros, que en los tiempos en los que vivimos parecen actuales, un decálogo de vida:
No se puede crear prosperidad desalentando la iniciativa.
No se puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.
No se puede ayudar a los pequeños aplastando a los grandes.
No se puede ayudar al pobre destruyendo al rico.
No se puede elevar al asalariado presionando al que paga el salario.
No se pueden resolver los problemas económicos mientras se gaste más de lo que se gana.
No se puede promover la fraternidad de la humanidad admitiendo y alentando el odio de clases.
No se puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
No se puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia e iniciativa.
No se puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismo.
Lincoln decía que: Un político puede engañar a todo el mundo algún tiempo, puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo.
Hasta aquí lo reflexionado, y solo agrego que dejó plasmada en la Constitución Estadunidense, la treceava enmienda, eliminando la esclavitud.
En México se inicia una nueva era, ya conocemos a grandes rasgos lo que se pretende hacer de nación, ahora falta saber cómo se conseguirá y con qué recursos contará.
México está situado en el número 16 dentro de las mejores economías del Mundo información dada a conocer por el Fondo Monetario Internacional, o sea que no es una economía nada despreciable para otras naciones y muchos menos una economía en quiebra.
Un país no se construye ni se destruye en un solo sexenio, sin embargo, México inicia una nueva etapa con la fuerza de un hombre que logró conquistar por las razones que sean, la voluntad y esperanza de 30 millones de personas (casi un tercio del padrón electoral).
Es importante considerar el contexto en el cual México se encuentra inmerso, con acuerdos internacionales firmados y que son un gran aliado para no permitir sustraerse de la economía global pero también son un gran apoyo para el desarrollo nacional, hay que vigilar muy bien que México no rompa con dichos acuerdos y que se siga construyendo una nación libre y soberana y con libertad de expresión, también recordar que en México somos más de 120 millones de habitantes con el derecho a decidir qué tipo de Nación deseamos tener.