Columnas
Leo cada vez con más frecuencia que la 4T es inepta para ejercer el gobierno en una medida que sorprende incluso a los fifís, los neoliberales chayoteros que empezaron a criticar a nuestro Líder Supremo cuando su campaña de 18 años, es decir mucho antes de que pudiera bendecir esta tierra con su liderazgo forjado en 30 millones de votos. Que incluso Hugo Chávez se tardó más en espantar la inversión extranjera, orillar a la banca a empacar las maletas y provocar desabasto, eso se lee.
Que hay que ser un prodigio de incompetencia para poner en jaque una economía diversa y poderosa como la mexicana, mucho más eficaz y versátil que la venezolana antes del chavismo, se dice cada vez con más regularidad. Que este país es llevado, por decirlo de algún modo, sin el menor conocimiento de causa, sin un plan en ningún terreno, de la economía a la seguridad nacional, y a golpes de inspiración, o sea: ocurrencias.
▶ Una vez más, se equivocan. ¿En serio no son capaces de ver la estrategia, la sofisticada partida de ajedrez que mueve cada decisión de nuestro Presidente (Ojalá Que) Eterno?
Permítanme ilustrarlos.
La clave está en el reciente caso de la gasolina, o sea en lo del supuesto desabasto. Nueve estados empezaron en días recientes a sufrir un grave no desabasto, no: una falta de abasto, que no es lo mismo. El motivo: el cierre de ductos para evitar el huachicoleo. Y empezó el bombardeo tecnócrata, la mala leche neoliberal. Que los estados sin gasolina aportan el 41% del PIB y que la falta de combustible compromete la productividad entera de esos estados.
Que la pérdida de dinero va a ser brutal, y que se suma a los 13 mil millones del aeropuerto, y a la incertidumbre, y a la fuga de inversión y capital. Pero la estrategia es clara. ¿Te roban combustible? Que no haya combustible. De paso, puedes resolver muchos otros problemas. ¿Que la iniciativa privada no quiere mediocrizar los sueldos como propuso la camarada Irma Eréndira? Que no haya dinero para sueldos ni, de hecho, puestos de trabajo que justifiquen esos sueldos. ¿Que el milagro de la multiplicación de los patos y los aeropuertos mete ruido? Que no haya Texcoco, pero tampoco Santa Lucía, ni manita de gato a Toluca.
Porque a lo mejor el chiste ese de que la solución para la saturación aeroportuaria es que haya menos vuelos, no era un chiste: no hay combustible, no hay vuelos. Incluso podemos recortar el Benito Juárez a la mitad y con los terrenos hacer, por ejemplo, otro centro cultural tipo Los Pinos.
¿Entienden, estimadas lectoras, estimados lectores, a dónde conduce finalmente la estrategia de nuestro Padre Benefactor? Al fin de la corrupción: si roban, que no haya dinero para robar. En ninguna parte. En ningún rincón del país. Falta un detallito: ver de dónde salen los 500 mil millones de pesos que dijo nuestro Presidente que dejaría el fin de la corruptela nacional. Pero seguro que su mente preclara lo tiene ya perfectamente concebido y nos lo avisará en alguna conferencia mañanera.
Estaba por decirles, chayoteros, fifís, neoliberales, neoporfiristas, comentócratas, lo que dicen tantos compañeros de ruta en redes sociales: que ya ganamos, que 30 millones de votos nos respaldan y que váyanse poniendo vaselina. Pero no: la vaselina es un derivado del petróleo. Esto va a doler.