El poder los hace iguales

En verdad que el poder hace a la gran mayoría de los políticos iguales. Quien lo detenta siente que la verdad única es la que ellos perciben y por lo tanto así actúan.

La ideología política los marca y define, tiene principios sin duda, pero si no les gustan a sus jefes están dispuestos a modificarlos y hasta cambiarlos; siempre alimentados por la ambición, y no me refiero únicamente a la económica, sino a la del poder.

En este caminar muchos políticos, han expresado que el sumar la mayoría de voces, aspiraciones y deseos de los pobladores, es la ruta correcta para ascender y llegar a la cúspide política y ya ahí, en verdad, casi todos se parecen, se revisten del poder y se sienten elegidos.

Ya en el poder, estos hombres se rodean de un pequeño grupo de colaboradores, que poco a poco los van alejando de la realidad y le van construyendo un espacio que los separa de la cotidianidad de sus gobernados.

Ya instalados en el poder suelen ejercerlo pensando que están haciendo lo mejor, el bien, lo correcto. No entienden, insisto, o no los dejan ver que están lejos de la realidad. La ambición, necedad o el deseo ante todo los lleva a ir perdiendo este contacto, ya que únicamente están centrados en su objetivo primario.

Los psicólogos definen generalmente el “poder” como la capacidad de ejercer control sobre los demás para conseguir algo de ellos. O bien, el estar en condiciones de hacer determinada cosa por no haber nada, ni nadie que lo impida o pueda impedir. Sin embargo, la investigación actual explora si la ventaja del poder psicológicamente hablando no es tanto hacer o influir en algo o alguien, sino proteger al poseedor de la influencia y actos de los demás; incluso de la propia realidad. Puede parecer que es simplemente decir la misma cosa del revés, pero no es así.

Hay una frase de Michelle Obama donde señaló: ”ser Presidente no cambia quien eres, lo revela…”

En verdad que esta ex primera dama de Estados Unidos tiene razón y que el poder no siempre es psicológicamente liberador, puede crear un conflicto interno y por ello generar un cambio de actitud.

Un grupo de psicólogos de la Universidad de Stanford sugiere que el poder parece ser una ampliación de la personalidad que ya existía, producida por el efecto que resulta de la ausencia de “frenos” o “fricciones” externas. El poder nos protege del exterior, incluso de aquellas cosas del exterior que nos protegían contra las malas cualidades que nosotros mismos ya poseíamos.

¿Algo de esto te parece similar a la actualidad de varios países del mundo? y conste que sólo pregunto.