Entornos
Diseñada para proporcionar una nueva experiencia a las personas con capacidades visuales débiles o con ceguera, el Museo Nacional de San Carlos abrió la Sala Táctil, la cual ahora podrá ser disfrutada por personas sin problemas de vista; así ambas podrán experimentar y sentir el arte de una manera distinta.
▶ El objetivo de la sala es adentrar a las personas en el mundo de la oscuridad y realizar visitas de sensibilización, dirigidas en su mayoría a niños.
El recorrido comienza en la cafetería del museo con los ojos vendados. Para llegar a la Sala Táctil, los participantes tienen que sortear las barreras que lleguen a presentarse, tal como lo haría una persona que no ve.
Reproducciones de obras como El camino de Damasco, de Jaume Gonçalbo, o El Cristo de la Piedad, anónimo valenciano del siglo XV, invitarán a los asistentes a abrir sus sentidos al arte al llegar a la sala.
A las piezas pertenecientes al recorrido permanente del MNSC, se les unen otras que también lo conforman: La Magdalena y los ángeles, de Ciro Ferri, y La aguadora, de Francisco de Goya, así como las esculturas El fauno o Mujer con partitura.
Ya en el lugar, podrán recorrer con sus manos las texturas de toda la pieza.
Percibir, ahora a través del tacto, el cabello, el algodón o las plumas que conforman las obras. Cédulas en abecedario convencional y braille complementan la experiencia.