Columnas
Hoy toma posesión el nuevo gobernador constitucional del estado de Jalisco, el ingeniero Enrique Alfaro Ramírez. En días recientes, Alfaro se dio a notar como el gobernador electo más explícito en su rechazo a la figura de los superdelegados y la usurpación de funciones en el marco del federalismo mexicano. Maestro en estudios urbanos por El Colegio de México, Alfaro se distinguió como presidente municipal en Tlajomulco de Zúñiga y después en Guadalajara, por su comprensión y atención a los fenómenos de planeación urbana.
Si bien se han sumado a su protesta algunos gobernadores panistas, la verdad es que Alfaro fue el primero en atreverse a plantarle cara al nuevo gobierno federal. La inexistencia pública de los gobernadores priistas en este debate ha sido bochornosa hasta el extremo de la sumisión. En general, la no oposición de los mandatarios estatales priistas contribuye a desdibujar aún más al eclipsado partido y fija un antecedente para que sigan siendo pisoteados por el Gobierno federal.
Si uno revisa la trayectoria de Alfaro, ha sido permanentemente combativa. Es un político que ya no cree en el esclavismo de la disciplina partidista y se atreve a defender opiniones propias. Consecuentemente, no iba a tolerar la invasión de sus atribuciones como gobernador. La etapa democrática mexicana se ha caracterizado por la presencia de una figura dispuesta a ejercer de contrapeso al Presidente de México. En su momento lo hicieron AMLO con Fox y Ebrard con Calderón. Todos sabemos que la doctora Claudia Sheinbaum estará natural y comprensiblemente alineada con la administración de López Obrador, así que no cabe esperar el menor gesto de independencia o diferencia de criterio entre el Gobierno capitalino y el federal.
En su discurso en defensa del federalismo, Alfaro tuvo la inteligencia de agrupar a su alrededor a empresarios, rectores de universidades locales, presidentes municipales de distintos partidos y líderes sindicales. Una iniciativa muy original y simbólica situada en la Rotonda de las Personas Ilustres de Guadalajara, donde se rinde homenaje a destacados federalistas jaliscienses como Prisciliano Sánchez o el gran Mariano Otero. La protesta discursiva de Alfaro tuvo éxito. En la Conferencia Nacional de Gobernadores, AMLO dio marcha atrás a las responsabilidades de seguridad que asignó ilegalmente a los superdelegados. Esto habla bien de la disposición dialogante del Presidente y aún mejor de la capacidad estratégica del gobernador jalisciense.
Alfaro consiguió posicionar sus inquietudes en la agenda mediática y mediante una postura contraria pero respetuosa con el Presidente, aglutinó a su favor a numerosos actores políticos nacionales. Hay que seguirle la pista a Alfaro y desearle éxito en su gestión por el bien de los jaliscienses. Ante el crepúsculo del PRI y el PAN, en Jalisco empieza a asomar una nueva oposición.