Columnas
En estos días circula en librerías de la Ciudad de México una nueva edición (cortesía de Cuadernos del vigía) de las seis novelas de Max Aub sobre los años monstruosos de la Guerra Civil española. La serie de libros lleva por título El laberinto mágico y se compone de las novelas Campo cerrado, Campo de sangre, Campo abierto, Campo del Moro, Campo francés y Campo de los almendros.
Max Aub fue un escritor español, nacido en Paris, de padre alemán y madre judía-francesa. Poeta, cuentista, dramaturgo, novelista, Aub ejerció con destreza cada género literario que tocó. Perteneciente a lo más selecto del cosmopolitismo intelectual de la Generación del 27, Max Aub fue amigo de André Malraux, así como otros grandes pensadores y artistas de su tiempo: José Gaos y Luis Buñuel, por ejemplo. Hacia el final de la Guerra Civil, Aub sufrió en carne propia el encarcelamiento en el Campo de internamiento de Vernet d’Ariège, donde también estuvo en otro momento el escritor Arthur Koestler.
Max Aub fue uno de los refugiados españoles que llegaron a nuestro país buscando un hogar como consecuencia de la Guerra Civil, y en la biblioteca de El Colegio de México es posible encontrar la primera edición de sus libros con dedicatoria para don Daniel Cosío Villegas. No obstante, desde hace varios años no circulaban en México ediciones nuevas de sus novelas sobre la Guerra Civil española. Además, resultaba casi imposible encontrar su obra en las librerías de viejo. Por eso es una noticia tan positiva la aparición de las nuevas ediciones.
No sé si la reedición es coincidencia o está motivada por los tiempos actuales de polarización. Max Aub, militante del PSOE, fue partidario explícito del campo republicano, pero describe en estas narraciones el dolor y la brutalidad padecidas y ejercidas por ambos bandos durante la guerra. No presenta la clásica visión maniquea y simplista del conflicto con un solo punto de vista. Al contrario, la variedad de orígenes sociales y motivaciones de los protagonistas hacen de estas novelas una crónica muy completa del mosaico español en aquellos días.
Desde luego, las simpatías de Max Aub están con lo que él llamaba, semejante a León Portilla, “la visión de los vencidos”. No obstante, los libros exudan compasión, empatía y entendimiento ante el dolor de todos los involucrados, sea cual sea su ideología. Estas novelas constituyen un recordatorio de nuestra humanidad común y de los peligros de arrastrar a los pueblos con odios ideológicos, independientemente de su tendencia. Si busca usted unas novelas emocionantes, pero profundas e inteligentes para las vacaciones navideñas, aproveche y hágase de esta colección. Son lecturas que cambiarán su manera de concebir la política, y con suerte, lo harán más tolerante y atento al punto de vista ajeno.