Columnas
El evangelio nos cuenta que Herodes, el rey sanguinario de Judea, una vez enterado por los Magos venidos del Oriente que había nacido en Belén el Rey de Israel, no duda en mandar a matar a todos los niños de ese pueblo, a fin de eliminar al pequeño que había nacido y que era un estorbo inadmisible para sus pretensiones narcisistas de poder.
Al leer ese relato bíblico nos estremecemos de horror pensando hasta donde es capaz de llegar la monstruosidad humana, pero no pensamos que el aborto es una crueldad aún peor, porque, como alguna vez lo expresó San Juan Pablo II, son inocentes asesinados que ni siquiera tienen la posibilidad del llanto como defensa, y estas creaturas no son mandadas a asesinar por un tirano sicópata, sino que son eliminados por decisión de sus propios padres, la madre se convierte en la asesina ayudada por sicarios —así llamó el Papa Francisco a quienes facilitan el aborto— que hacen posible tan abominable, cobarde y espantoso asesinato.
Hoy en México tenemos un nuevo Herodes, el partido Morena, y una nueva Herodías, la diputada Lorena Villavicencio, quien aprovechando la distracción de las fiestas navideñas, el pasado 21 de diciembre, promovió ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados el proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta las 12 semanas en todo el país, propuesta que obtuvo el dictamen favorable con la mayoría del voto de Morena.
Según la nueva Herodías, la diputada Villavicencio, dicha propuesta “forma parte de la agenda” del presidente electo López Obrador, sin embargo el actual presidente en su campaña nunca se manifestó de manera abierta a favor de esta agenda homicida y en reuniones privadas con los obispos de México les ha dicho que el aborto no forma parte de la cuarta transformación.
Jesús en el evangelio de Juan describe al demonio calificándolo como el mentiroso y homicida desde siempre; desde esta definición, el partido Morena se ha convertido en el instrumento de Satanás. Miente y pretende legalizar el homicidio de niños inocentes.
Yo no sé si la diputada Villavicencio sea católica y si los demás diputados que votaron favorablemente este criminal dictamen lo sean, pero si lo son, les recuerdo lo que dice el Código de Derecho Canónico en su número 1398: “Quien procura el aborto, si este se produce, incurre en excomunión Latae Sententiae”.
Y atención no sólo procura el aborto los padres que libremente así lo deciden, ni los médicos y enfermeras que lo realizan, sino también lo procura quien lo promueve y quien legisla a su favor, por lo que los diputados y senadores que lo legislen quedarían en automático excomulgados, y estaría en grave peligro su salvación eterna.
No es ningún derecho humano asesinar a un inocente, no es derecho de la mujer matar a su propio hijo y el Estado tiene la obligación de defender la vida como un derecho inalienable de todo individuo humano, los derechos inalienables de los no nacidos no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión del Estado o de los padres.
Los católicos debemos estar atentos para no permitir una legislación a favor del homicidio de niños inocentes.