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El principio de progresividad de los derechos humanos significa avanzar gradualmente, sin retroceder, para lograr el cumplimiento de los derechos que requieran de la toma de medidas a corto, mediano y largo plazo.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata en su artículo 1º, párrafo tercero, que todas las autoridades tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Este principio, en armonía con la Constitución federal, fue acogido en la Constitución Política de la Ciudad de México que en su artículo cuatro, apartado B, numeral 1, que considera a la universalidad, interdependencia, indivisibilidad, complementariedad, integralidad, progresividad y no regresividad como principios de los derechos humanos.
Establecido el marco constitucional federal y local para que en la Ciudad de México las normas relativas a los derechos humanos sean interpretadas y protegidas a la luz de los principios de progresividad y no regresividad. Lo anterior puede parecer sencillo, pero en realidad representa una tarea que no es menor.
La progresividad y avance de los derechos humanos implica que las autoridades deben adoptar las medidas necesarias para que el máximo de los recursos con los que cuenten sean destinados a lograr la efectividad de los derechos.
Debido a lo anterior, la Sala Constitucional del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México se enfrentará a un reto mayúsculo.
No sólo se trata de evitar que los derechos humanos reconocidos en las normas puedan ser eliminados o restringidos, sino de impulsar que su eficacia sea cada vez mayor.
El pasado 10 de diciembre se celebró el 70 aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Con la adopción de esta Declaración se emprendió la inmensa tarea de la defensa de los derechos humanos a nivel internacional, tarea que no puede descuidarse en ningún momento y que, evidentemente, debe trascender en tiempo y fronteras.
Flor de Loto: Los derechos humanos nacen para limitar el ejercicio arbitrario del poder público y hasta el día de hoy, siguen teniendo esa misma utilidad.