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ALONDRA ESPINOZA
Tras pasar abruptamente, entre la cancelación del partido de vuelta, reproches y acusaciones, River Plate se coronó en un encuentro reñido imponerse 5-3 en marcador global al Boca Juniors en la Gran Final de la Copa Libertadores 2018, en el exilio del Estadio Santiago Bernabéu, gracias a la anotación de Pity Martínez, en el segundo tiempo extra.
Con las gradas repletas por los hinchas que no se detuvieron para animar con tambores, cánticos y silbidos a sus equipos, los Azul y Oro comenzaron atacando sin piedad en el área rival, pero la concreción fue su mayor verdugo.
Después de varios intentos, por fin Darío Benedetto encontró el espació para perforar las redes, con un rápido contragolpe filtrado al 44’ que le dejaron a fuera del área y el ex americanista solo ante un defensor al que regateó para rematar por bajo a Armani y poner el 1-0 para el Boca.
Pese finalizar la primer parte en desventaja, tras el descanso Los Millonarios arribaron con la mentalidad de emparejar la pizarra y se estiraron en busca del gol que les daría un alivio y esperanzas por el título. Poco tuvieron que esperar, pues luego de una excelente jugada colectiva al 67’, con una última pared entre Exequiel Palacios y Nacho Fernández, para servirle a Lucas Pratto, quien con la portería a su disposición, empujó el esférico en el arco de Esteban Andrada.
Tras el empate, el enfrentamiento se enfrió un poco en intensidad debido a que regresó el miedo y la preocupación por cometer un error en ambos equipos. El tiempo reglamentario terminó de esa manera, y la final se alargó 30 minutos más. Para la segunda mitad de la prorroga, River regresó al área rival con jugadas de peligro, aunque los Xeneize se defendieron con todo en los últimos minutos, pese a jugar con 10 hombres, después la expulsión de Wilmar Barrios (91’).
Los ánimos se encendieron y el dominio regresó para Los Millonarios y al 108’ Juan Fernando Quintero, encontró el premio a su insistencia al disparar desde fuera del área y vencer a Andrada para alargar la ventaja 2-1.
Cuando parecía que terminaría así, Pity Martínez anotó el gol definitivo (120’) para finiquitar así una eterna final para alzar el título de la Libertadores.
Con esto, el River selló su boleto a las semifinal del Mundial de Clubes, el 15 de diciembre,con rival por definirse.