Columnas
La seguridad que le da tener de su lado al presidente Andrés Manuel López Obrador, le permite a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum prometer que, bajo su mandato, los ciudadanos vivirán como en París, con más luces que sombras.
De entrada, la desaparición del cuerpo de granaderos (alrededor de 4 mil) da señales de que en materia de seguridad habrá cambios para los capitalinos que desean expresar libremente sus inconformidades sin la amenaza de ser contenidos por los uniformados.
La medida, sin dudarlo, es bienvenida, la duda es si los policías podrán con la responsabilidad de servir a los ciudadanos en materia de protección civil, no están capacitados, su tarea y para la cual los preparan es explícitamente evitar que las manifestaciones trasciendan espacios e inmuebles públicos.
Al igual que el presidente Andrés Manuel López Obrador, la Jefa de Gobierno inicia su mandato con mucho poder: la mayoría de las alcaldías y del Congreso local pertenecen al partido Morena donde milita después de haber estado en el PRD.
Con este respaldo la titular de Gobierno de la Ciudad de México no tiene, como le advirtiera un joven a López Obrador, el pretexto para fallar, para no cumplir con la cantidad de compromisos lanzados al asumir el poder: seguridad y tranquilidad, agua, vivienda eficiente, servicios antiburocráticos, baja en predial, cero impuestos y corrupción y demás promesas que son muchísimas.
Claudia ya pasó su primera prueba al elegir a su gabinete, rompió con la tradición de colocar en las principales carteras a políticos arribistas que, de la noche a la mañana, renunciaron a sus partidos para irse en busca de la buena fortuna en Morena.
La exjefa de la delegación Tlalpan optó por conformar un equipo de académicos, que aun sin experiencia, por lo menos generan una cierta expectativa de que pueden terminar con inercias tan deleznables como la repartición de cuotas, con la corrupción y enderezar los programas sociales, económicos y culturales que exigen los ciudadanos de esta urbe.
No obstante, los buenos augurios, la funcionaria pública tiene en las manos una “bomba de tiempo” que puede estallarle en cualquier momento: violencia en aumento por el ingreso que no aceptan del crimen organizado y la naturaleza que con sendos terremotos puso de rodillas a sus antecesores.
Claudia Sheinbaum tiene a todas las estrellas alineadas a su favor, tanto, que tendrá el cobijo y la protección de su padre político, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ya se deslindó de lo que ocurra en esta Ciudad porque en ella gobernará la mujer que ya trabaja para ser la candidata de Morena a la Presidencia de la República en 2024.
Bienaventurados los nuevos gobernantes porque en ellos está un país en ruinas…