El Estado le dio rumbo a la elección judicial
Columnas martes 03 de junio de 2025 - 01:00
Lo advertimos con tiempo y claridad en este espacio: la elección judicial no era un trámite más. Se trataba de una batalla decisiva para democratizar el Poder Judicial. No bastaba con la fe ciega de que la ciudadanía sabría distinguir entre cientos de nombres. Había que operar políticamente, sí, pero también educar, informar y movilizar con inteligencia popular.
Y aunque no todo se hizo como debía, no fue el naufragio que muchos auguraban. La elección del 1 de junio no fue perfecta, pero sí fue un paso firme —y valiente— hacia una justicia más cercana al pueblo. Se cometieron errores, claro. Se improvisó en algunos frentes. Pero también se demostró que la 4T tiene la capacidad de actuar cuando es necesario y de asumir con responsabilidad los costos de hacer historia.
¿Hubo operación de Estado? Sí. ¿Fue una simulación? No. Fue una intervención necesaria para evitar que el viejo régimen colara a sus cuadros por la puerta trasera, aunque al final decidieran llamar a no votar. Desde Palacio hasta las estructuras locales de Morena y los movimientos sociales afines, se entendió que esta elección no podía librarse sin dirección política. Circularonlistas, se activaron redes, se convocó a la base, para encauzar el proceso.
El INE, con todo y su desdén inicial por la reforma, cumplió aceptablemente. Pero, el formato de las boletas fue inaceptablemente complejo, sin duda pudo ser más amigable. La experiencia de votar se volvió un acto de resistencia y el pueblo respondió: votaron 13 millones. Suficiente para legitimar el inicio de un proceso que necesita continuidad y perfección, no sabotaje.
Votaron con dudas, con nervios, con listas en mano, pero votaron. Esa es la victoria: no dejar que la confusión se impusiera al deseo de cambio. La pedagogía popular hizo falta, y debe ser una lección para el futuro. Pero la conciencia cívica —esa que el Obradorismo ha despertado en tantos rincones del país— se impuso sobre la desinformación.
La presidenta Claudia Sheinbaum fue clara en su mensaje: esta elección, con todo y sus limitaciones, representa un parteaguas en el camino hacia una justicia más democrática. Su respaldo al proceso no fue defensivo, sino estratégico: recordó que este modelo es perfectible, pero infinitamente más honesto que el reparto de cuotas entre partidos o los pactos en lo oscurito del Senado. No sé si seamos el país más democrático del Mundo, pero sí estamos en la vanguardia y en el camino correcto.
Un momento simbólico marcó la jornada: el presidente Andrés Manuel López Obrador acudiendo a votar. Su presencia fue un recordatorio de que esta transformación no ha terminado. Y que su relevo, Claudia Sheinbaum, no está sola en esta empresa. El fundador del movimiento no se retiró, simplemente tomó otra trinchera: la de la autoridad moral.
¿Fue justa la elección? En su intención, sin duda. ¿Fue democrática? Sí. ¿Se justifica la intervención desde el poder? Esa pregunta incomoda a muchos, pero con los resultados en la mano, podemos decir que era necesario. El Estado no impuso, encauzó. No controló, orientó. Y eso, en una democracia en construcción, puede marcar la diferencia entre la continuidad y el retroceso.
Ahora toca vigilar a quienes resultaron electos. No llegaron ahí por dedazo, pero tampoco por un voto plenamente informado. Son fruto de una apuesta política de gran calado, y deben entender que su legitimidad depende de su desempeño. El pueblo no se equivoca, pero tampoco perdona. La justicia debe comenzar por honrar el mandato popular que, con esfuerzo y convicción, se expresó este 1 de junio.
ENTRE GITANOS
TIEMPO DE RECOMPONER
Los resultados electorales en Durango y Veracruz deben encender las alertas en Morena y aliados. Nada está escrito, nada está ganado. Vienen las elecciones intermedias y sin un paraguas nacional, las cosas se van a complicar. Es tiempo de alcanzar acuerdos al interior de la 4T. Morena, PT y PVEM no deben ir solos, pero tampoco Morena debe pagar la factura. Es tiempo de elegir bien a los candidatos y es tiempo de incluir a los que, a un año de distancia, siguen excluidos del triunfo del 2024.
*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.
avilezraul@hotmail.com