La pedagogía del fracaso

Columnas martes 17 de diciembre de 2019 - 00:27

La historia de la educación en México ha sido muy turbulenta, así como ha tenido épocas de desarrollo, también ha pasado por situaciones de retroceso. Sin embargo, no todas las instituciones han logrado cambiar las reglas jerárquicas y autoritarias con las que se confeccionaron en los siglos XIX y XX.
Aún persisten academias donde es normal ver al maestro como un agente de poder, que abusa de él sin ninguna consecuencia. Esta normalización mucho tiene que ver con que a lo largo de nuestras vidas se nos ha impulsado una idea de éxito, la cual no nos permite fallar; siempre tenemos que lograr nuestros objetivos, y de no ser así, nosotros mismos nos responsabilizamos de nuestro fracaso. Avergonzamos en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. Es decir, el único responsable de su propio éxito es el actor, más no el sistema de representación en el cual nos desarrollamos.
Hoy ha salido a la luz el caso del ITAM donde en redes sociales, después del suicidio de una estudiante de la carrera de Derecho y Relaciones Internacionales, la comunidad itamita decidió denunciar la violencia que sufren por parte de maestros, así como del poco apoyo psicológico y la alta carga de estrés a la que semestre con semestre son llevados.
Este caso podría mostrarnos a una institución que no ha logrado avanzar y cambiar desde su fundación, sigue en los mismos modelos educativos con los cuales se gestó. Su modelo académico gira sobre el poder que tiene el pedagogo sobre el alumno. Esto, solo ha logrado que se forje una subcultura de sobreexplotación y frustración, pues por más que el estudiante se esfuerce no tendrá una recompensa justa.
A todos aquellos que creen que el mundo laboral es “mucho peor” a lo que se vive en las universidades y que si no “resistimos” ese tipo de presiones no aguantaremos ni un día en el mundo real, podría decirles que solo están siendo parte del problema. Están actuando a favor de la deshumanización de las personas, pues apoyan a la robotización de estas mismas. Hay que reconocer que todo puede cambiar, pero solo será así sí se alza la voz y se exige.
Habrá que aprender de lo que logren los estudiantes del ITAM, pues después de la tragedia de su compañera alzaron la voz y demandan un cambio estructural en la institución. Actualmente se encuentran en un paro activo, en el que demandan generar estrategias de atención a los alumnos y crear un protocolo de denuncias contra docentes y administrativos que afecten a su salud mental. Que esto siga así; sigamos revelándonos contra el autoritarismo del sistema educativo y exigiendo horizontalidad en todos los sentidos.

Colaboradora de Integridad Ciudadana e Ibero 90.9 FM. Estudiante de Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Twitter: @AlaskaJuarez @Integridad_AC

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/CR

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