Liderazgo horizontal y trabajo en equipo

A mis amigos de la Dirección General

Ya he ocupado anteriormente este espacio para escribir sobre este mismo tema: un modelo organizacional que considero útil para optimizar tiempo y recursos con el fin de obtener mejores resultados en el desarrollo de diversas tareas. Este modelo se llama “liderazgo horizontal”.

No es lo mismo ser líder de personas, que liderar o encabezar proyectos. Yo creo en lo segundo, no en lo primero.

La palabra líder deriva del término en inglés lead que significa guiar o dirigir. 

En mi opinión, las personas no son dirigidas. Lo que se dirige son los esfuerzos conjuntos que se realizan para la obtención de resultados de interés común.

En esa labor, nos encontramos frecuentemente con ciertos rasgos de personalidad de los encargados de dirigir los esfuerzos comunes.

Eso nos lleva frecuentemente a la organización vertical. La idea de que hay alguien que “manda” y otros que “cumplen lo ordenado”. Dirigir significaría dar instrucciones. Ser dirigido implica seguirlas.

Ese modelo vertical se repite en los distintos ámbitos sociales, empezando por la familia, el trabajo, la escuela, el gobierno, etc.

Generalmente no sabemos trabajar en equipo, porque nadie nos enseña a potencializar nuestros talentos y capacidades, combinándolos con los de otras personas. Lejos de eso, la sociedad nos enseña a competir. Competir por ser mejores que otros. Competir para imponernos: Alcanzar el poder.

Sería interesante abolir los modelos verticales de relación social. Por ejemplo: dejar de generar profesores, jefes o coordinadores, que encuentran en la función, un espacio para inflar su ego con halagos, o que incluso llegan a disfrutar el hecho de infundir temor a “sus subordinados”. Espacios jerárquicos construidos históricamente para que unos se sientan superiores, fomentando la percepción de que es válido incluso el acoso. Si realmente queremos acabar con esas deleznables prácticas, es necesario entender la función de dirección como una función “horizontal” de servicio y no como un modelo jerárquico de relación entre personas, en la labor docente, en el servicio público, en las relaciones entre el personal de oficinas, y en otros diversos ámbitos de interacción social basados en el mismo modelo vertical y jerárquico, que fomentan la distorsión del “poder” en “poderío”, pero que bien pueden ser sustituidos paulatinamente por esquemas de cooperación entre seres humanos semejantes, actuando unidos por el cumplimiento de objetivos comunes.

Todo padre debe recordar que también fue hijo. Todo jefe debe recordar que fue subordinado, y todo maestro siempre debe recordar que alguna vez fue alumno.

El éxito de una organización es la organización. La manera en que los elementos logren coordinar sus esfuerzos conjuntos para alcanzar metas evaluables.

Flor de Loto: Aprende a trabajar en equipo. Si bien se comparte el éxito, también se dividen los esfuerzos para alcanzarlo.