Un nuevo derecho

El Congreso, organizado por el Colegio de Abogados de León, particularmente por los abogados Marcelino Trejo y Elías Henaine, tuvo una capacidad de convocatoria digna de reseña. Concurrieron, por lo que hace a México, funcionarios, exfuncionarios de los tres poderes de la Unión y representantes de la academia.

Entre otros Martha Lucia Micher, Corina Giacomello, Fernando Gómez Mont, Gerardo Laveaga, Luis Raúl González Pérez, Alfredo Delgadillo y Juan Luis González Alcántara Carrancá.

Asistieron, también, funcionarios de la Oficina contra la droga y el delito de la ONU, exintegrantes del FBI, académicos de Sevilla y Barcelona, la extesorera del gobierno de Estados Unidos, el exalcalde de Rozziconi en Calabria Italia: Claudio Camera, Eric Drickersen, Miguel Polaino, Juan Carlos Remotti, Rosario Marín, Antonino Bartucchio.

Una convicción vertebró el Congreso: El Derecho se ha transformado y debe transformarse, aún más rápido, si pretendemos que se constituya en un instrumento para el desarrollo y no, como decía hace años Novoa Monreal, en un obstáculo al cambio social.

Lo señalaba Gerardo Laveaga: los avances de las neurociencias influyen ya en lo que entendemos por conducta humana, en la estructura de la acción voluntaria, en la añeja discusión entre partidarios del determinismo y defensores del libre albedrio y la existencia de una gran cantidad de información, hoy, coloca en el centro del debate si somos algo más que el equilibrio o el desajuste entre la oxitocina y la adrenalina o fruto indeseado del cortisol que no pudimos eliminar en la primera infancia.

Los abogados comienzan a reconocer que la biopolítica es más que un término que popularizó Foucault y advertir, quizás con lentitud, que los adelantos de la ciencia, los algoritmos, el internet, el cibercrimen, la biotecnología, el cyborg, constituyen, ya, la esencia de la labor jurídica que se avecina.

En ese mundo, y es otra de las conclusiones del Congreso, habrá que enfrentar al crimen organizado. Y es ahí, en ese oscuro tópico, en donde confluyen el nuevo y el viejo orden. Lo dijo bien Antonino Bartucchio, exalcalde de Rozziconi, Italia, que se enfrentó, con éxito, a la mafia calabresa. Habló de las fuerzas del orden y agradeció a los carabineros que lo cuidan. Dijo que había que reconocerlos, que eran mujeres y hombres con un alto sentido del sacrificio y del deber, que eran capaces de dar su vida para resguardar y defender la vida y las libertades de los demás. Que sin respeto por nuestros policías y un ejército de ciudadanos que denuncien y coloquen la honestidad en el centro de su esperanza no hay camino que valga ni lucha contra el crimen que se sostenga.

•Excomisionado Nacional de Seguridad: @Ley13091963