‘Cripto-friendly’ vs. regulaciones

El Bitcoin y la blockchain como tecnología nacieron de un pensamiento libertario y abierto para todos los países. También de la búsqueda de un activo que no dependiera de un gobierno o una institución financiera, y que estuviera alejado de los marcos regulatorios. Sin embargo, con el paso del tiempo han surgido iniciativas, de parte de los gobiernos, para regular este creciente espacio de la economía.

Si bien en algunos ámbitos pudiera resultar ventajoso para acelerar la adopción del Bitcoin, realmente no va de la mano de la filósofa detrás del ecosistema cripto. En vista de ello, el Blockchain Summit Latam 2022, que tuvo lugar en Panamá entre el 6 y el 8 de julio, decidió abordar ese tema que no está exento de polémica, partiendo de los países que mantienen políticas ‘cripto-friendly’; así como el papel que juegan las regulaciones.

Una de las panelistas fue la senadora mexicana Indira Kempis, quien aseguró -según reseña el portal Cripto Tendencia- que a ella no le gusta utilizar la palabra regulación, ya que posee una carga jerárquica, donde el gobierno es quien controla la conversación, los debates, las discusiones y los acuerdos.

También es de la opinión que la palabra tiene una connotación punitiva, lo que quiere decir que se puede ejercer presiones basadas en leyes y normas impuestas a través de castigos. Por eso, aseveró que al trabajar de la mano con las comunidades se puede legislar en retroalimentación con la realidad, lo que permitiría anticiparse al futuro, “en lugar de tratar de controlar algo que no tiene control”.

Manifestó que dejar atrás marcos regulatorios, que se imponen a través de castigos, para conseguir acuerdos entre el sector privado, el gobierno y el usuario final debería ser el camino y la premisa a seguir para el ecosistema cripto.

El diputado panameño Gabriel Silva también tomó la palabra. A él le parece incongruente hablar de Bitcoin y regulación, pues la filosofía detrás de esta tecnología va en contra de ello. Comparte esa “visión libertaria”, donde no existe la necesidad de ningún tipo de regulación.

Silva sostuvo que Panamá debería decidir qué es lo que se quiere para el futuro en materia de bitcoins y otras monedas digitales enmarcado en el beneficio colectivo. “Decidir si se quieren parecer a países más radicales y cerrados como lo es Rusia, China, Corea del Norte, o, en cambio, optar por tendencias más liberales como la de Estados Unidos, Canadá, o la de algunos países europeos”, sostuvo.

Y, por su puesto, no podía falta un representante de El Salvador, país pionero en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal. Monica Taher, encargada de asuntos tecnológicos y económicos internacionales en la Secretaría de Comercio e Inversiones de la nación centroamericana, aseguró que su posición no era la de defender ninguna criptomoneda en específico, sino más bien promover la inversión en el país.

Si bien en El Salvador adoptó solo a Bitcoin como moneda de curso legal, no ha cerrado la puerta a la avalancha de empresas que se interesan en otros proyectos blockchain. “Esto no quiere decir que todas esas criptomonedas de proyectos nacientes se van a convertir en monedas de curso legal, pero con un marco que permita que las empresas desarrollen con confianza el país también gana”, agregó Taher.

Al ser consultada sobre las críticas que ha tenido su país luego de adoptar el Bitcoin, indicó que siempre va a existir la oposición y está bien que ellos expresen sus opiniones. “Sin embargo, a nivel global vemos como el sistema monetario está colapsando y si bien puede ser un proceso paulatino, las personas ya están buscando soluciones tales como Bitcoin u otras criptomonedas”, dijo.

Para Taher, es a largo plazo cuando se serán tangibles los cambios en la economía de El Salvador. “Este activo va a seguir creciendo. En 5 o 10 años es cuando vamos a poder analizar el impacto de esta decisión económica”.

Visto lo anterior, no cabe dudas de que los países deberían tomar una postura más abiertas para atraer la inversión, fomentar el emprendimiento y promover con mayor libertad el uso de criptomonedas. Al final, es una fuente que trae beneficios no solo para el país, sino también para su población.

Entonces… ¿‘Cripto-friendly’ o regulaciones? Habría que buscar un equilibrio y eso está en manos de cada nación.