¿Fumas? —Sí, hierba

Nuestra generación creció atemorizada. Se nos hizo creer que la flor de cannabis mataba las neuronas, dañaba la mente y, por alguna razón, nuestras madres creían que si te metías un toque te iban a dar ganas de robar. Eso no fue un obstáculo para que las generaciones mejor preparadas y con mayores oportunidades de desarrollo intelectual en la historia de México echaran un vistazo al otro lado del mundo, donde el consumo de mariguana es de lo más normal. Muchos jóvenes, en vez de tomar un trago de alcohol optan por consumir un churro de mota.

Esa y otras muchas razones más, fueron las que motivaron a gran parte de la juventud mexicana a respaldar en las urnas las propuestas de la coalición Juntos Haremos Historia y a depositar su confianza en favor de la 4T.

Durante 2019, millones de jóvenes esperaron ansiosos el resultado de la iniciativa presentada por la secretaria de Gobernación. El partido de la mayoría lucía en redes sociales las mesas de discusión en relación a la legalización; sin embargo, mes tras mes se perdía la esperanza. A pesar del empuje que el tema parecía tener, la iniciativa se metió al congelador.

Aunado a ello, el presidente ha sido sumamente respetuoso de las ideas de sus acérrimos defensores: la gente mayor. Muchos han tachado de conservador al presidente; sin embargo, no es así la cosa, no va por ahí. Lo que se puede observar con toda claridad es que ya es una persona mayor y, como a nuestros abuelitos, este tipo de cosas no le deben agradar mucho. El problema es generacional y existe, de parte de la clase gobernante, en su mayoría de edad avanzada, un rechazo constante hacia las nuevas costumbres lúdicas de las nuevas generaciones.

Lo preocupante es que, con todo respeto, los frutos de la cuarta transformación no serán cosechados por ellos, sino por los jóvenes.

Hoy, miles de jóvenes viven tras las rejas por comercializar mariguana. Son privados de su libertad por una actividad económica que no debería representar un motivo de encarcelamiento. Además, quienes son consumidores, enfrentan el riesgo de no conocer la calidad de lo que llega a sus manos.

La juventud mexicana ha demostrado seguir siendo afín al proyecto de transformación, aplaudimos muchos de sus logros y hemos sido testigos de muchos cambios, pero este gobierno debe ser consciente de que cada día que pasa sin regular el cannabis, miles de jóvenes son privados de su libertad por una tonta creencia de ancianos.