La guerra sucia contra Ricardo Monreal

En primera, no hay justificación para realizarlo. Ricardo Monreal fue fiel a su estilo, honesto y coherente con sus respuestas. Incluso, el propio presidente se dijo respetuoso cuando insistió que, el legislador federal, está en todo su derecho.

Quizá lo que esperaban sus detractores era que, el presidente, reaccionara distinto, incluso, con una narrativa de desprecio. No fue así: López Obrador respetó el derecho a disentir, máxime por la relación social y política que une al zacatecano y al mandatario.

Sin embargo, los que sí intentaron aprovechar ese momento fueron los detractores de Ricardo Monreal. Una minoría que quiso distorsionar los hechos para justificar, como lo han cuestionado desde hace tiempo, su animadversión por el coordinador de los Senadores de Morena.

No obstante, la hostilidad no tuvo eco. Rápidamente el Senador recibió el respaldo de militantes y simpatizantes de Morena. Asimismo, fue cobijado por legisladores de su bancada quienes, desde su postura, insistieron en cerrar filas para privilegiar la unidad, sobre todo en momentos claves donde se discutirá el proyecto de Reforma Eléctrica.

En otras palabras, asumieron respetuosa la postura de Ricardo Monreal; empero, los que no lo hicieron, fue una minoría mezquina que se esconde bajo la sombra.

Hablo de un punto en particular o, más bien, de la intriga que muestra la maldad y la nequicia para resolver temas al más puro estilo reaccionario de los tiempos de perversidad del PRI, faltos de ética y responsabilidad social.

Lo más grave de todo es, sin lugar a dudas, tratar de involucrar a su familia. Saben perfectamente que, allí, pueden lastimar la sensibilidad al intentar agraviar con fabricaciones y mentiras al no ser capaces de encarar el asunto.

Y, lo peor de todo, es que el fuego viene desde adentro con la una única finalidad de debilitar la imagen o hay que decirlo abiertamente, descarrilar la legítima aspiración presidencial de Ricardo Monreal, no sólo por el potencial y poder político que posee, sino por la magnitud de convocatoria que puede llegar a representar llegando el instante.

Por eso respondieron con el mismo canal de comunicación de Reforma una difamación a Catalina Monreal Pérez, hija del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.

Además de que la calumnia es infundada, fue rápidamente desmentida con fundamentos sólidos. Lo más importante es que se demostró, con elementos, que no solo la difamación reunía una narrativa falaz, sino traía toda la intención de golpear mediáticamente a Ricardo Monreal.

En un documento que circuló, Catalina Monreal Pérez aclaró al diario nacional Reforma la situación. Replicó que ni siquiera es su tía la titular; también, explicó que la licitación se gestionó muchísimo tiempo atrás y, mejor aún, con respaldo legal de las instituciones correspondientes.

Una vez aclarada la situación, se despejó cualquier suspicacia. Aunque, evidentemente, queda el sabor amargo de otro intento fallido de un grupo reducido mezquino que actúa al margen de los principios de Morena.

Sin embargo, eso no mueve ni tantito el gran momento y respaldo popular que posé Ricardo Monreal.

Caso contrario, se demuestra que una minoría movida por intereses particulares trata, a toda costa, de manchar y desprestigiar la imagen intachable del zacatecano. No lo han logrado, ni lo lograrán. El destino parece jugar a favor de Ricardo Monreal, un presidenciable en Morena.