¿Por qué a Ricardo Monreal?

La semana pasada hicimos una reflexión sobre el proceso adelantado de la sucesión presidencial que anunció el presidente López Obrador desde Palacio Nacional. En ese contexto, emitimos un juicio fundamentado del por qué fue un error haber anticipado el ejercicio sí hay tareas claves que aún el proyecto de la Cuarta Transformación sigue construyendo a partir de los distintos poderes de la nación.

Eso sólo produjo efectos negativos y si, esto continúa, los daños colaterales pueden tener el riesgo de seguir creciendo hasta llegar a caer en una crisis profunda de división. A mi juicio, veo una estrategia para intentar, al menos en el papel, frenar las aspiraciones presidenciales de Ricardo Monreal. Con ese antecedente, encontramos una serie de acciones encaminadas a ese fin. Sin embargo, una cosa es que existan y otra es que produzcan impactos inmediatos.

Quizá ésto tenga relación con la pregunta del título de la columna. ¿Y por qué a Monreal? Sencillo: el senador es el presidenciable más hábil y experimentado; asimismo, sigue siendo el actor más capaz en términos políticos una vez que ha demostrado su liderazgo desde hace 30 años. Además, cuenta con gran respaldo de legisladores, gobernadores y una estructura sólida a nivel nacional.

Y, lo mejor de ello, es que su imagen tiene un posicionamiento gracias al trabajo que ha realizado, sobre todo estos últimos tres años donde, prácticamente, ha predominado su capacidad para ser posible que un número importante de Reformas Constitucionales se hayan aprobado; todas ellas, sin ningún contratiempo resaltando la forma de resolver promoviendo siempre el diálogo.

Tal parece que esa eficiencia, es su mejor herramienta para competir. Por esa razón, y más allá del tema de las encuestas previas, sí alguien realmente tiene el poder político para revertir cualquier escenario y hacer posible una candidatura, es Ricardo Monreal. Por eso tal vez el camino se ha llenado de brechas; buscan a toda costa debilitar la imagen del coordinador de los Senadores de Morena ya que sus adversarios o detractores lo ven con un potencial mayúsculo.

Eso suele pasar a menudo. Siempre al rival más fuerte tratan de generar una atmósfera negativa con fabricaciones y mentiras, no sólo con opiniones sesgadas, sino distorsionando narrativas para propiciar pugnas. De hecho, con esa premisa, intentan persuadir al presidente para generar una mala percepción; por un lado con temas electorales y, por otro, con comentarios sobre el proyecto de Reforma Eléctrica dejándose llevar por la inercia de un comentario que salió de voz del mandatario pero que no tiene importancia.

No se puede concluir en un rompimiento porque realmente no existe. Más bien eso es, hoy por hoy, la intriga que, algunos cuantos, quieren ocasionar para intentar sacar del juego presidencial a Ricardo Monreal. Eso es. De otra forma no le encuentro sentido ni lógica a una serie de acciones alimentadas una vez que, el propio presidente, abrió la sucesión.

Durante ese lapso han tratado, a toda costa, de debilitar a Ricardo Monreal. Sin embargo, no han podido, sino todo lo contrario: el coordinador de los senadores de Morena cada día se fortalece más en la carrera presidencial. Pese a que aún faltan más de dos años, el zacatecano se encuentra en su mejor momento político. Ese nivel llega prácticamente en un fase clave donde, su influencia, es indispensable para sacar adelante los proyectos pendientes en materia Eléctrica y Electoral.

Ese potencial es, hasta ahora, lo que justifica la hostilidad que hemos señalado en varios espacios de opinión. A Ricardo Monreal tratan de golpearlo políticamente dada la importancia que alimenta su perfil. En otras palabras, es el presidenciable favorito para abanderar a Morena en el juego presidencial del 2024.

Por esa razón, eso hace que sus principales detractores se sientan superados frente al poder político de Ricardo Monreal que, además de ser capaz de conquistar sus objetivos, ha sido un aliado incondicional del presidente López Obrador. De hecho, en Guerrero, refrendó su respaldo irrestricto con el único fin de contribuir a la consolidación de la Cuarta Transformación.