AMLO, Venezuela y la geopolítica

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No es la primera vez ni será la última que un gobierno mexicano tercia en una crisis en la región no con la idea de contribuir positivamente, sino de marcar una agenda que lo diferencie de Estados Unidos.

Tal como ocurrió tantas veces en décadas pasadas usando a Cuba como pretexto, un presidente de México, en esta ocasión Andrés Manuel López Obrador, usa ahora a Venezuela para desmarcarse de la política de Washington hacia el régimen de Nicolás Maduro.

AMLO, el acrónimo con el que se identifica al mandatario mexicano, sacó a relucir expresamente su interés en llevar gasolina a Venezuela. Argumentó el presidente razones humanitarias, eso fue el pasado 15 de junio.

Sin embargo, detrás de lo que aún es idea podría estar en verdad un deseo de López Obrador de insertarse en el juego geopolítico que hoy envuelve el tema de Venezuela. Es una opción riesgosa, sin duda alguna.

López Obrador, en una de sus rutinarias y prolongadas apariciones televisivas, sostuvo que estaría dispuesto a venderle a Venezuela gasolina y combustibles “por razones humanitarias” pese a las sanciones impuestas por Washington a varios funcionarios de nuestro país, así como a la otrora pujante petrolera estatal PDVSA.

Como telón de fondo del confinamiento por el Coronavirus, Venezuela vivió 10 semanas sin suministro de combustible, salvo para vehículos oficiales y un sistema de racionamiento que se ensayó en Caracas, la capital. En el resto del país durante esas semanas sencillamente no hubo gasolina para el público.

Tras recibir cinco tanqueros de Irán, en Venezuela se reestableció la venta de combustible el 1 de junio. Según diversos analistas, Venezuela escasamente tiene capacidad para producir un 10 por ciento de su consumo de combustible para el parque automotor.

El régimen de Maduro aprovechó la sequía de gasolina para implantar un nuevo esquema. Sencillamente el chavismo acabó con el mito de que no podía subirse el precio de la gasolina. Ahora la mayor venta de combustible se hace a 0,50 dólares el litro. Existe una gasolina subsidiada que fuera de Caracas sólo se consigue con largas colas que incluyen pernoctas en las estaciones de servicio.

“La venta de gasolina en el mercado interno se ha convertido en uno de los principales ingresos en divisas del gobierno de Maduro, algo impensable hace algunos meses. PDVSA pasó de no cobrar nada por la gasolina a dolarizar su precio”, comentó el economista Luis Oliveros, dando cuenta de la capacidad de reinventarse que tiene el chavismo.

Según AMLO, México no ha recibido una solicitud de Caracas, pero “en el caso de que hicieran la solicitud y sea una necesidad humanitaria, lo haríamos”, ratificó.

Sin embargo, desde Caracas expertos humanitarios advierten que sería un contrasentido que se envíe combustible para fines humanitarios y que luego termine siendo vendido con márgenes de ganancia importantes por el gobierno de Maduro, que anda en la desesperada búsqueda de ingresos en divisas.

“Es correcto sostener que la gasolina enviada desde otro país a Venezuela podría tener fines humanitarios. Pero claro debemos preguntarnos cuál sería el uso de este combustible”, nos comentó Feliciano Reyna, un activista venezolano de derechos humanos abocado al trabajo humanitario en el contexto actual de Venezuela.

“La gasolina como ayuda humanitaria sería importante porque ayudaría a facilitar el transporte de medicinas, alimentos, insumos médicos; pero dejaría de ser un insumo humanitario si se vende a todo el público con precios dolarizados, sacando un provecho de su valor en el mercado interno venezolano”, recalcó Reyna.

Más allá de las razones humanitarias que esgrimió AMLO, lo que está en juego es el rol geopolítico que pudiera darle el tema venezolano a la administración de López Obrador.

Sin embargo, camina sobre el filo de la navaja, ya que la economía mexicana depende de forma excesiva de sus lazos con Estados Unidos. Sanciones de Washington, como las ha impuesto o amenazado con ella a trasnacionales como Rosneft (Rusia) o Repsol (España), dirigidas a México tendrían severas consecuencias.

Irán, en cambio no tiene mucho con perder con el envío de gasolina a Venezuela, ya que diversas sanciones pesan sobre el régimen y empresas iraníes.

Autoridades de Teherán han confirmado que podrían despachar un volumen significativo cada mes de gasolina a Venezuela, esto además les ayudaría a aliviar su stock de gasolina almacenada, dado los bajos precios internacionales que caracterizan hoy al mercado energético global.

AMLO, como lo fue Chávez, y como lo hace Maduro, habla de lo humano y lo divino en sus alocuciones de televisión. Habrá que ver si se atreve a pasar de las palabras a los hechos y reta a Washington enviándole gasolina a Venezuela.