¡Aguas, Hugo!

El llamado a rebelarse ante las indicaciones de López-Gatell de quedarse en casa porque “no esta dando cifras reales” de contagiados y decesos debe preocuparnos como sociedad, pero más, debe ser un aviso de alerta al propio funcionario público de que el poder, venga de donde venga, no lo quiere más frente al programa para contrarrestar la pandemia.

Vayamos por partes. Primeramente, Javier Alatorre no se arriesgaría a ser linchado públicamente, como ya sucedió, por los seguidores del presidente Andrés Manuel López Obrador si no hubiera recibido la orden de pegarle al subsecretario López-Gatell valiéndose nada más y nada menos que de un gobernador morenista que en plan rebelde acusa a la federación de ocultar muertos por Covid-19. Me refiero a Jaime Bonilla, quien desmintió las cifras alegres de López-Gatell y del director del IMSS, Zoé Robledo sobre los decesos en Baja California.

No fue ingenuidad, error ni equivocación como lo justificó el jefe del Ejecutivo federal al disculpar a Alatorre, el periodista, amigo de la pareja presidencial fue claro en su llamado a desobedecer las órdenes de confinamiento en la que hemos estado inmersos los mexicanos por varias semanas. Palabras más, palabras menos, lo tildó de mentiroso e inepto en un momento crucial en el que los ciudadanos vivimos con la incertidumbre de no saber si tendremos mañana.

Pensar en algún distanciamiento o disgusto entre el presidente López Obrador y Salinas Pliego es algo poco probable cuando, como lo dije en una columna anterior, es el empresario televisivo y banquero consentido del sistema. La intención de golpear al doctor López-Gatell es por enojo del dueño de la televisora que da a entender hay promesas no cumplidas.

Un tercer punto, no menos importante, es la tolerancia con la que el gobierno federal trató el llamado a la desobediencia civil por parte de TV Azteca, cuando a otras televisoras y periodistas ha acusado de ser enemigos acérrimos de la cuarta transformación por el hecho de informar sobre las carencias en las que están trabajando los médicos en las instituciones de salud pública.

En las esferas del poder el hilo se rompe por lo más delgado y lamentablemente en el caso de los medios de comunicación son los reporteros, columnistas o afamados conductores quienes dan la cara por órdenes superiores aunque en ello les vaya su prestigio y credibilidad.

La Secretaría de Gobernación emitió un regaño a Javier Alatorre y lo reconvino a disculparse públicamente por desacreditar al subsecretario de Salud que empieza a incomodar a muchos….