Autos eléctricos

Columnas jueves 16 de enero de 2025 -

Seguramente fue en el primer trimestre de 1993 cuando acudimos, Alfonso Ciprés Villarreal, Isauro de la Fuente Fernández y yo, presidente, secretario general y secretario de residuos tóxicos del Movimiento Ecologista Méxicano, A.C. a visitar al Secretario de Hacienda y Crédito Público, Pedro Aspe Armella en la administración de Carlos Salinas de Gortari.

El objetivo era conseguir no solo la autorización sino el apoyo del gobierno federal para que en México se instalara una planta automotriz con tecnología sueca para producir autos pequeños 100 % eléctricos de una y de dos plazas.

Estábamos en medio de la crisis ambiental más severa de los tiempos modernos en el Valle de México, sufriendo la contaminación atmosférica que nos envenenaba con plomo (del tetraetilo de plomo que se agregaba a las gasolinas de Pemex) y aproximadamente 5 millones de toneladas anuales de cuando menos 50 sustancias tóxicas que se generan por todas las actividades humanas en la gigantesca zona conurbada, ahora denominada Megalópolis.

Nos encontrábamos en la sala de espera para entrevistarnos con Pedro Aspe y sale una mujer de nombre Nora y nos dice: fíjense que el presidente Salinas acaba de llamar al secretario Aspe y no los podrá atender. Pero yo los atenderé. Le planteamos la solicitud de apoyo para la construcción de esa planta productora de autos eléctricos pequeños de un costo aproximado de 5,000 dólares americanos, con tecnología sueca.

Nora nos contestó: eso no se va a poder, porque el gobierno de México tiene firmado compromisos con las armadoras norteamericanas, japonesas y algunas europeas en los que nuestro país se obliga a no permitir la construcción de autos eléctricos nunca, hasta que ellos mismos los fabriquen.

Eso era México en 1993. Por eso el anuncio que hizo nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hace unos días, afirmando que el gobierno (en una asociación público-privada) fabricará tres modelos de autos eléctricos pequeños con la marca Olinia, es una buena noticia. Lo que no es buena idea, es que será el propio gobierno quien los fabrique.

Históricamente las empresas que ha manejado el gobierno federal como Zincamex, Rofomex, Fertimex y Altos Hornos y muchas empresas del grupo Nacional Financiera con Luis Echeverría Alvarez, nunca tuvieron ganancias. Actualmente el gobierno subsidia a Petróleos Mexicanos, la Comisión Federal de Electricidad, el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y Mexicana. Ojalá que sean fabricados por una empresa privada mexicana.

*Carlos Alvarez Flores es consultor ambiental. Experto en gestión de residuos y cambio climático. Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.

www.carlosalvarezflores.com y Twitter @calvarezflores