CAMINO AL DEBATE

El martes 10 de septiembre se realizará en la ciudad de Filadelfia el primer debate rumbo a la presidencia estadounidense entre: Donald Trump y KamalaHarris, la expectativa es grande, sobre todo, por escuchar, conocer y saber cuál es el rumbo que pretende seguir la actual vicepresidenta para alcanzar el triunfo en noviembre próximo.

De Trump, ya lo hemos escuchado casi todo a lo largo de su primera campaña, en sus 4 años de presidente y 4 más como aspirante nuevamente, pero de Harris, poco muy poco se sabe.

La campaña de la vicepresidenta está tratando de recuperar el tiempo “perdido” por el precandidato Joe Biden y, su fatídico debate con Trump, ahora como parte de la estrategia está el asegurar que los micrófonos de un candidato se silenciaran cuando no era su turno de hablar. La restricción fue vista como un intento de evitar que se repitieran las constantes interrupciones de Trump en sus debates en 2020 que llevaron a Biden a advertir en un momento dado: "¿Quieres callarte, hombre?"

Ambas campañas están trabajando a todo vapor, los de Trump, para ver qué“más pueden ofrecer” y los de Harris por concretizar en los 90 minutos del debate un golpe definitivo, contundente, que le permita consolidarse al frente de la contienda.

Desde el cuartel general de Harris esperan que Trump tropiece con su ego, su vanidad o su irreflexión, que se autosabotaje con una de sus interrupciones insultantes o con su personalidad prepotente.

En el equipo de Trump, se encuentra frente a la incertidumbre de la candidata opositora y adivinar por dónde se va a mover la candidata. Desconocen con certeza sus debilidades como sus fortalezas y están seriamente ocupados por alcanzar un análisis amplio y detallados que les permita saber frente a quién están compitiendo.

A Trump le ha costado adaptarse a su nueva adversaria porque ya sabían por donde moverse frente a Biden al cual, confiaban en derrotar en noviembre, pero las cosas han cambiado.

El controvertido candidato republicano sabe que el encuentro cara a cara serásu mejor oportunidad para frenar el ímpetu de Harris, sobre todo, porque él y su campaña creen que ella no está preparada para la presión de responder a preguntas políticas y seguimientos de un oponente tan feroz como Trump.

Lo cierto es que, ambos aspirantes presidenciales tienen mucho por demostrar, Harris su dominio y conocimiento político, así como el planteamiento de soluciones reales y de fondo a los duros momentos económicos de confrontación ciudadana y de encono entre los actores sociales y políticos estadounidenses.

Sobre Trump, la gran incertidumbre es saber sí después de los múltiples golpes judiciales y sociales desde que dejó la Casa Blanca, se ha vuelto medianamente mesurado.

@arnc7