¿Nuevo entendimiento en seguridad o Iniciativa Mérida 3.0?

El Entendimiento Bicentenario que reemplazará a la Iniciativa Mérida establece las prioridades en materia de seguridad en la relación bilateral. Concretamente se compone por tres componentes: 1) proteger a nuestra gente, 2) prevenir la delincuencia transfronteriza y 3) desmantelar las redes criminales. En diciembre de este año, se darán a conocer las acciones que se realizarán a lo largo de 2022, mientras que en enero próximo se presentará el esquema trianual conjunto. 

Como temas de trabajo inmediato, se buscará afectar el tráfico de fentanilo y el tráfico de armas, prevenir los homicidios dolosos, el control de contenedores portuarios, disminuir la trata y el tráfico de personas, afectar las redes financieras y aumentar las capacidades en ciberseguridad, entre otros temas.

Este esquema de colaboración es un éxito coyuntural por varios puntos. Primero, a pesar de la ríspida relación que se ha tenido en los últimos meses, se logró establecer un acuerdo de tal magnitud que marcará la agenda bilateral al menos hasta al año 2025. Este mecanismo de cooperación podría tener una relevancia sólo por detrás del tratado de libre comercio. 

Segundo, lograr la asistencia de funcionarios de primera plana de Estados Unidos a Palacio Nacional, como son el Secretario de Estado, el Secretario de Seguridad Nacional y el Fiscal General, es producto de una gestión diplomática relevante. Se manda el mensaje que, para el vecino del norte, México es una prioridad. Esto especialmente tomando en cuenta que hace menos de un mes en el mismo sitio daban sus discursos el presidente de Cuba y el presidente de Venezuela, con lo que ello implica. 

Tercero, modifica el enfoque punitivo de Iniciativa Mérida por uno mucho más amplio, para atender las causas de la violencia como la pobreza y la falta de oportunidades. De igual forma, pone sobre la mesa los intereses del país como la reducción de los homicidios y el problema del tráfico de armas. Incluso, incorpora el planteamiento del Ejecutivo de que Estados Unidos invierta recursos en Centroamérica, lo que podrían rondar los 4 mil millones de dólares. 

Por las razones señaladas el Entendimiento Bicentenario es un rompimiento con la Iniciativa Mérida. Como evidencia, el Secretario de Estado estadounidense señaló que “después de 13 años, es momento de encontrar una nueva aproximación en la cooperación en seguridad”. Esto confirma lo que el Secretario de Relaciones Exteriores llamó hace unas semanas “la muerte de la Iniciativa Mérida”.

También es preciso recordar que el acuerdo tiene como contexto una serie de temas álgidos entre ambos países, como la demanda que interpuso México en contra de las armerías, la regulación de los agentes estadounidenses en suelo nacional, los flujos migratorios en sus niveles máximos en las últimas dos décadas y el cierre de la frontera por el COVID-19, por mencionar algunos de los principales. 

Diplomática y políticamente es un triunfo para el canciller. Sin embargo, es coyuntural en la medida en que, en este punto, tiene compromisos discursivos y sin líneas de acción concretas. Lo relevante será la implementación eficaz de lo acordado y que los intereses y prioridades de Estados Unidos no estén por encima de los de México. Poco a poco el acuerdo tendrá que ir ganando volumen y consistencia. 

* Doctorante en ciencia política por la UNAM y fundador de la Consultoría SIE. Twitter: @jgt_00