Conocimiento y realidad

Desde nuestra propia experiencia de vida, las personas hacemos consideraciones generales sobre el mundo que nos rodea, para intentar comprender la realidad.

Pero si sólo asumimos como real aquello que perciben los sentidos, caeríamos en la falsa perspectiva que mencionaba Platón en su Parábola del Mito de la Caverna o en la ilusión del mundo ficticio que en la India llamaban “Maya” (la Matrix).

Apenas vamos intentando comprender la realidad a través de las ideas y conceptos creados para ello y pronto van surgiendo nuevos conceptos e ideas diferentes.

Ello, impide el acceso general al conocimiento, dejando solo en manos de algunas élites la posibilidad de tener control sobre los ejes principales de conocimiento dentro de la sociedad.

Entonces, el conocimiento se vuelve como otros, un bien escaso e inaccesible, convirtiéndose en parte del sistema capitalista y ahondando las brechas entre los seres humanos. Las ideas son universales, no son propiedad privada ni deberían ser tratadas como mercancía. Las ideas y las palabras son solo eso. El mundo entero está sujeto a interpretación.

Es necesario socializar el conocimiento y no dejarlo solo en manos de las élites. El conocimiento hoy parecería ser una mercancía de la cual se apropian unos cuantos, con la intención de ser propietarios exclusivos de sus beneficios; como sucede con todo en el sistema capitalista.

El dinero ha sido la herramienta que ha permitido a ciertos grupos tomar el control de la sociedad. Las clases medias poseen como instrumento de cambio, principalmente sus ideas, para invertir la pirámide o cambiar la correlación de fuerzas entre los factores reales de poder.

Por otra parte, hay que precisar que el conocimiento no es la acumulación de información. En este mundo, el único conocimiento útil es el metodológico, y consiste sólo en 3 cosas: 1.Saber dónde buscar información; 2. Saber cómo procesar la información; y 3. Saber qué hacer con la información.

Antes de iniciar cualquier cosa, conviene precisar los objetivos y métodos, (es decir: qué queremos, y cómo lo vamos a lograr). A veces, empezamos a hacer las cosas sin tener claridad en estos dos aspectos. La precisión de objetivos y métodos optimiza tiempo, recursos y resultados.

Lo importante es darle orden y sentido a la información. Todo lo que existe se puede dividir o se puede agrupar. La grandeza del universo puede descubrirse en la partícula más elemental que lo constituye.

No se trata de imponer ideas; solo se busca explicar cómo se percibe la realidad desde distintos puntos de vista.