El “mártir” de Mar-a-Lago

Columnas miércoles 17 de agosto de 2022 -

El culto a Trump dentro del Partido Republicano es cada vez más terrorífico. El expresidente ha aprovechado el allanamiento del FBI a su residencia de Mar-a-Lago como una nueva oportunidad de convertirse en mártir, y, al parecer, el truco (otra vez) le está funcionando, por lo menos hasta el día de hoy. Casi todos los republicanos cerraron filas en defensa de este individuo abominable. Los líderes del partido saben del enorme costo de no alinearse tras Donald. Las bases lo adoran, como les consta, por ejemplo, los 8 representantes republicanos (de un total de 10) derrotados en las elecciones primarias por haberse atrevido a votar a favor del impeachment, la más notable de ellos es la valiente Liz Cheney, apabullada en su intento por renovar para un período más su mandato como representante de Wyoming.

El de Trump es uno de los cultos a la personalidad más extravagantes en la historia mundial de la megalomanía. De hecho, tiene parecidos a los de infames líderes de cultos suicidas como Jim Jones y David Koresh. Además, asciende a la par de como Trump se vuelve más autoritario, escandaloso y desquiciado. Como sucede con otros populistas, Trump ha creado un universo paralelo para él y sus seguidores. Pero ya tiene síntomas de culto destructivo. El doctor Steven Hassan, autor del libro The Cult of Trump, proporciona detalles de cómo se manipula a los seguidores hasta volverlos fanáticos ferozmente leales y obedientes al líder: “Trump es un mentiroso patológico, no tiene conciencia, nunca admite estar equivocado y proyecta todos sus defectos a los demás”. Describe los síntomas del “cultismo”: confianza suprema, una naturaleza grandiosa, demandas de lealtad absoluta, una red compleja de hechos “alternativos” simplistas y una inclinación por sembrar el miedo. “Tácticas de manipulación como insultar a los oponentes, desviar la atención, confundir, desorientar y finalmente coaccionar a sus seguidores no son aleatorias; hay un método en su locura...Tal comportamiento es típico de los líderes de cultos con narcisismo maligno y manifiestan su sadismo con una ideología consciente de autoafirmación. Tales individuos tienen una tendencia a destruir, castrar simbólicamente y deshumanizar a otros. Su ira es alimentada por el deseo de venganza.”

El de Trump se ha vuelto un culto destructivo porque apela cada vez más a la violencia. Esta amenaza ha estado creciendo durante años, pero los llamados a tomar las armas alcanzaron un punto álgido en las redes sociales trumpianas tras el allanamiento de Florida. A ver ahora cómo evoluciona la investigación. El expresidente podría ser inhabilitado para las elecciones de 2024, pero no será nada fácil enfrentarse a su poderoso culto, con casi la mitad de los electores estadounidenses renunciando a pensar y limitándose a creer ciegamente todos los dichos de su adalid