En problemas la democracia 

Este pensamiento autoritario que desde siempre ha marcado la personalidad del primer mandatario se ha recrudecido con el paso de los meses después de haber asumido la presidencia de la República, se olvida que durante 18 largos años fue y actúo como opositor de los anteriores sistemas presidenciales y dijo e hizo lo que quiso sin que nadie lo mandara callar.

Los hechos de violencia suscitados en la ciudad de Guadalajara donde el gobernador lanzó serías acusaciones al partido Morena, e incluso nombró al propio jefe del Ejecutivo como responsable de las enardecidas protestas porque en un poblado de la entidad los policías municipales mataron a un joven supuestamente por no traer puesto el cubrebocas fue el grito de guerra.

Mucho más cuando al gobernador Jalisciense Enrique Alfaro se le sumaron en apoyo otros siete gobernadores de oposición al partido político que creó y llevó a López Obrador a la presidencia de la República.

En una democracia todos tenemos derecho a opinar, a apoyar a quienes se nos pegue la gana, a equivocarnos y a reinventarnos, eso no lo ha querido ver ni aceptar el presidente López Obrador que ve enemigos por todos lados, cuando la realidad es que los que no están con él son llana y simplemente opositores a su sistema que para muchos no ha dado resultados.

Me causó mucha pena leer que, desde la refinería de Minatitlán, Veracruz, el responsable de este país llamó a los actores de la vida pública de México a definirse a favor o en contra de su proyecto de gobierno, pues, dijo, las posturas moderadas no tienen cabida. Perdón por mi ignorancia, pero eso de las “posturas moderadas” no lo entendí o más bien no quiero entenderlas. ¿Estamos en guerra?

Considero que tanto el presidente López Obrador como el gobernador Alfaro cometieron el mismo error: enojarse y acusarse mutuamente de desestabilizar y dividir a la sociedad mexicana.

Pero volviendo al más estricto y puro concepto de la democracia que nació según la historia en Atenas, Grecia, Platón se volvería a morir si viera como en pleno siglo XXI traen a ese sistema político todo golpeado, cada día son más países, entre ellos tristemente México, los que lo quieren eliminar para imponer no un concepto sino una actitud nefasta para la humanidad: el autoritarismo.

Hago votos para que el pueblo mexicano deje de lado la pereza mental y defienda su derecho a opinar y a decidir.