Fiesta de locos

Una tristeza profunda se instaló en su cerebro, aniquilando sus ganas de comer, dormir, trabajar, ir al baño, hablar, caminar, de vivir y mientras la idea de morir aparece, su cerebro se niega a producir la serotonina, es un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo, aunque cumple también otro tipo de funciones.

La familia que lo rodea no entenderá que le pasa, usted no es quien siempre fue, duerme, pero los sueños se fueron, se ha transformado en alguien que nadie conoce, en una sombra. Perderá su empleo, sus cariños se alejarán al verlo consumirse. Y usted, en algún momento de conciencia, deberá pedir auxilio. La depresión lo consumirá hasta despojarlo de quien usted recuerda ser.

El camino, tratamiento psiquiátrico a base inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (SNRI, por sus siglas en inglés) que son medicamentos eficaces para tratar la depresión. Los inhibidores de la recaptación de serotonina también se utilizan algunas veces para tratar otras afecciones, como los trastornos de ansiedad y acompañamiento psicológico.

Cada trastorno mental sin un tratamiento médico y psicológico es la manifestación del infierno, la confrontación con los demonios internos y los temores sociales. Es el aislamiento, la soledad y el dolor. Todo junto. El país ocupa el segundo sitio en el mundo en discriminación hacia los enfermos mentales.

Los trastornos mentales se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, percepción, emociones, conducta y relación con los demás. Entre ellos están: la depresión, trastorno afectivo bipolar, esquizofrenia y otras psicosis, así como la demencia, por mencionar algunos.

En las poblaciones donde la pobreza, violencia y el abuso se presentan de manera frecuente, es probable que las personas sean vulnerables a desarrollar algún tipo de trastorno mental.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Voz Pro-Salud Mental, las enfermedades mentales afectan a una de cada cuatro familias. Uno de los factores que ha provocado el aumento en el índice de los trastornos mentales es la modernidad, que conlleva aspectos de presión como es mayor competencia interpersonal por destacar en la escuela o el trabajo, carácter social al luchar por mantener un estatus económico, así como una mayor violencia registrada en todo el mundo.

En México, 25 por ciento de las personas entre 18 y 65 años presenta algún problema de salud mental, y solo tres por ciento busca atención médica. Ya para el año 2020 la depresión era la segunda causa de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo como México. Los trastornos mentales que más afectan a los mexicanos son: la depresión, angustia, bipolaridad, trastornos obsesivos y la esquizofrenia.

Sin embargo, el gobierno federal, en voz del secretario de salud, Jorge Alcocer, decidió que hay que negar el dolor de millones de mexicanas y mexicanos negándoles su derecho a la salud mental, desproveyéndoles de hospitales de especialidad y dejando el trabajo a las clínicas familiares y a la familia misma la responsabilidad de enfermedades que desconocen y estigmatizan. Es un hecho que para que el núcleo familiar se responsabilice de manera consciente e informada de pacientes con alguna enfermedad mental, es necesario impulsar las capacidades técnico-médicas de sus integrantes, al tiempo que necesitarán recursos para el cuidado al que el Estado los ha obligado, pues se dejarán de lado empleos y escuelas.

México es un país que sufre un crecimiento exponencial del sufrimiento por enfermedades mentales y solo uno de cada cinco mexicanos tiene acceso a un tratamiento psiquiátrico y aún así el secretario decide que el Estado debe renunciar a su obligación de brindar salud y afirma que la salud mental se atiende de manera integral y ambulatoria desde la familia. ¿Opinará en poco tiempo así del cáncer?

Eliminar los hospitales psiquiátricos sin tener una solución para dar tratamiento y cabida a los pacientes constituye un acto de irresponsabilidad absoluto. Esta acción pondrá en riesgo a los enfermos mentales, a sus familias, a la población mexicana en general. Habrá, además, no pocos que ya no tengan un lugar a donde acudir, residir, vivir.