Gallardo en el ‘top ten’

De estas entidades, cabe destacar que en San Luis Potosí, Querétaro, Sinaloa Tlaxcala y Baja California, los ejecutivos locales aún no completan un año de gestión; es decir, son calificados de forma positiva prácticamente desde el arranque de su periodo gubernamental. La permanencia en una buena evaluación, innegablemente repercute en los tiempos electorales.

En el caso de Oaxaca y Aguascalientes, los mandatarios estatales están próximos a salir del encargo, por lo que la evaluación resulta poco relevante en el campo electoral; ya que solo en el caso de Aguascalientes, el gobernador de extracción panista entregará la estafeta a otra panista, y hasta ahí todo parecería bien; sin embargo, es de todos sabido que el gobernador hidrocálido Martín Orozco no apostó electoralmente por su correligionaria.

En Oaxaca de poco sirvió la calificación de Alejandro Murat para efectos electorales, ya que su estado sucumbió a la avalancha guinda en el pasado proceso electoral, logrando de forma contundente que Morena y sus aliados obtuvieran una gubernatura más, restándole otra posición al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Yucatán y Guanajuato renovarán gubernaturas hasta el 2024, empatados con la elección federal en la que se elegirá presidente de la república. En el caso de estos estados, con gobernantes de extracción panista, estará por verse si sus números alcanzan para dar continuidad al proyecto conservador de derecha en sus respectivas entidades.

Guanajuato, Querétaro y Aguascalientes son los estados considerados más conservadores, y esa región era observada como un bastión panista, sin embargo la derrota que sufrió la alianza “Sí por San Luis Potosí”, conformada por el PAN, el PRI y el PRD en esa entidad, ante el actual gobernador Ricardo Gallardo, representante de la alianza de las izquierdas (PT y PVEM), abrió un escenario que rompe con el voto consistente de la derecha en la zona centro del país.

Coahuila es un estado gobernado por un priista que, de acuerdo con algunos sondeos, pudiera conservar ese espacio para su partido en el próximo proceso electoral que se llevará a cabo el 4 de junio de 2023, junto con el Estado de México, donde con base en los mismos sondeos, se avizora que el PRI habrá de sucumbir a la fuerza de las izquierdas.

Se destaca que el rubro en el que los gobernantes estatales resultan con menor calificación, es el de la seguridad; sin embargo, esto se generaliza en todo el territorio nacional, y sin duda es el mayor flagelo que vive nuestra nación.

En San Luis Potosí, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona lleva un avance sólido mes con mes. El cumplimiento de sus compromisos de campaña es evidente. Su constante contacto con el pueblo potosino le ha permitido una conexión exacta con los sectores más vulnerables de la región. La sencillez en su actuar y en su lenguaje facilita ese vínculo. Pocos son los adversarios políticos que aún subsisten en el estado, un PRD extinto y un PAN y un PRI en proceso de desaparición avizoran la fortaleza política del segundo gobernante más joven, pero el primero de estos mejor evaluado.